Para un plan de tal envergadura fue necesario contar con el apoyo de distintas organizaciones gubernamentales e invitar a inversionistas privados. Tanto los conocimientos técnicos como la inversión se consiguieron mediante la conformación de un consorcio encabezado por Orbital Recovery. Según las necesidades del momento, se fueron adhiriendo corporaciones de diferentes países. La compañía holandesa Dutch Space quedó como la principal encargada del diseño, desarrollo y construcción del nuevo vehículo. Lo fabricará con un adaptador de carga útil que se usa regularmente con el cohete Ariane-5, cuya eficacia como vehículo de transporte al espacio ya ha sido comprobada. También colabora la Agencia Espacial Europea (ESA), que co-financió las fases iniciales del proyecto, a través de su programa de asociación privada y pública Artes 4.

Orbital Recovery consiguió, en una segunda ronda de financiación, las inversiones necesarias para comenzar la producción del ConeXpress en los primeros meses de este año. Este paso fue fundamental para poner en marcha la fabricación del dispositivo y poder cumplir con el tiempo de lanzamiento establecido previamente. Se unieron al programa los inversores industriales europeos Swedish Space Corporation, de Suecia, y Sener, de España.

La empresa nórdica, conocida por su rol en la prueba de exploración lunar Smart-1, diseñará y desarrollará la telemetría de la nave y el subsistema de comando (TT&C), y contribuirá al diseño de la gestión de datos a bordo. También proporcionará las estaciones de control en tierra y las operaciones de misiones necesarias para que las misiones tengan el apoyo necesario. La compañía ibérica, por su parte, estará a cargo del sistema de estabilización y control de la órbita (AOCS), que incluye tanto la fase de reunión como el mantenimiento en órbita y estación del satélite con el que se trabajará.

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