Hoy, la Tierra nos está recordando lo activa que puede ser (tsunamis, terremotos...).

En vez de asustarnos, deberíamos informarnos y prepararnos. Por ejemplo, mucha gente queda lesionada, incluso inválida, al rodarse las escaleras, pero no por eso vamos a dejar de usarlas; simplemente caminamos con cuidado y procuramos que no sean resbalosas.

En Japón, la gente ha aprendido a vivir con sismos constantes, y sus construcciones y modo de vida reflejan esta realidad. Se dice en Japón que solo los extranjeros se asustan con los sismos moderados, mientras la gente local lo toma como algo normal.

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Aquí, en Ecuador, ya tenemos la oportunidad de llegar a ese nivel de tranquilidad, si tomamos recomendaciones como las del proyecto Radius tan en serio, como un aviso que diga: “Piso resbaloso” en una escalera.

Miguel Josué Lescano Cornejo
Guayaquil