Se ha hablado de una retaliación, y en efecto existen motivos para suponerlo así.

Pero cabe también la interpretación de que lo que se estaría buscando es legitimar una Corte que cada día convence menos a la ciudadanía. Quizás alguien creyó que se podría aprovechar publicitariamente la imagen del  militar retirado tras los barrotes, para que olvidemos el desacato a la Constitución que se perpetró contra la Función Judicial.

Una maniobra así resultaría absolutamente forzada. En el juicio por supuestas irregularidades en la adquisición de armamento argentino obsoleto no se han reunido pruebas decisivas, a favor o en contra, para establecer con transparencia quiénes fueron realmente culpables.

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Hay más claridad en algunos juicios bancarios que, por el contrario, reposan el sueño del olvido.

Por ende, si alguien creyó que de este modo se legalizaría una Corte que no goza de credibilidad, se equivocó. A lo mucho habremos asistido al manoseo político de un juicio del cual, por lo visto, podríamos no  llegar a conocer toda la verdad.