Desde el pasado 19 de febrero, los trabajadores cubanos del turismo deben regirse por un nuevo reglamento que limita radicalmente los contactos que pueden sostener con los extranjeros.

Según el reglamento, las relaciones deberán mantenerse dentro de lo estrictamente profesional y queda prohibida la aceptación de regalos, invitaciones a comer y las visitas personales a sus respectivas casas.
Además los trabajadores del turismo  están  obligados a mantener una “actitud de apoyo” a las políticas de gobierno y denunciar a los foráneos que manifiesten opiniones contrarias.