Tras la renuncia de María Paulina Espinosa a sus funciones de embajadora de Colombia, la entidad está a cargo del ministro consejero, Salvador Escobar. Ayer, las actividades en esas oficinas fueron normales.

Según fuentes diplomáticas, entre el 9 y 17 de febrero estuvo en Quito una delegación de la Oficina de Control Interno del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia para ampliar las investigaciones sobre las denuncias de malos tratos presentadas por empleados de la Embajada en contra de Espinosa, a más de una acusación de incumplimiento de sus funciones.

Esta, según las mismas fuentes, fue la segunda visita realizada por dicha comisión, por pedido de la propia embajadora, con la intención de refutar los resultados de una primera visita efectuada hace poco más de un año, cuyo informe no le era favorable. Al parecer, esta vez tampoco lo fue, según se comenta en la entidad.

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Antes de que se oficialice su salida, Espinosa envió una carta a la revista Cambio, de Colombia, en la que expresa su extrañeza y reclama a ese medio de comunicación por publicar unas declaraciones suyas sin autorización. Dichas afirmaciones fueron reproducidas también en la edición de EL UNIVERSO del pasado miércoles.

En ellas, Espinosa acusó a su equipo asesor de haber organizado un complot en su contra para intentar sacarla del cargo.

La renuncia presentada por Espinosa el 27 de enero fue aceptada el 21 de febrero por la Cancillería del vecino país y comunicada oficialmente el miércoles pasado.