El desvío de los buses por evitar a quienes retiraban los torniquetes causó  dificultades en el tránsito.

Los vehículos particulares y de transportación pública, la mañana de ayer ocasionaron un congestionamiento  en la Av. Quito, Pedro Moncayo y Seis de Marzo,   desde  Ayacucho hasta Nueve de Octubre. 

En ese sector, los buses de distintos destinos rodaban por rutas que no eran suyas.

Publicidad

Avanzar siete cuadras tomaba cerca de 15 minutos a los choferes particulares. La causa: el retiro de los torniquetes, que aunque estuvo anunciado, no se cumplió. 

Desde las 09h30 aproximadamente, José Hoyos, representante de un grupo de jubilados y miembros de otras asociaciones se reunieron en la Av. Quito y Nueve  de Octubre para iniciar la jornada de  protesta que mantienen contra los transportistas desde el lunes pasado. 

Pero ayer la medida no tuvo éxito. La Policía Nacional no dio su resguardo como en días anteriores. 

Publicidad

Los buses de transporte público,  por las violentas acciones de días pasados, se desviaron para evitar daños en sus vehículos y el retiro de los torniquetes.

Los protestantes culparon del desvío y del poco éxito que tuvieron hoy con su propósito,  a Roberto Pólit, director de la Comisión de Tránsito del Guayas, pero fuentes de esa entidad informaron que no fue él quien dispuso el desvío, sino los mismos transportistas que prefirieron usar otras vías alternas para así evitar agresiones y disturbios. 

Publicidad

Los usuarios de esos buses no  estuvieron al tanto de estos cambios. José Mejía, quien se dirigía al km 10.5 vía a Daule, por más de media hora esperó su bus en Quito y Nueve de Octubre, sin saber nada del desvío. 

Verónica Bravo tomó el bus de la línea 94,  disco 1317, desde la ciudadela La Chala,  (Cuatro de Noviembre y la 12) su intención era quedarse en la Av. Quito y Nueve de Octubre,  según dijo. Al pedir que la deje en el paradero, ya en la puerta, el chofer la cerró quedando atrapados sus brazos, lo que le ocasionó hematomas. Al bajar, en la calle, temblorosa, pidió ayuda a un vigilante, pero este le indicó que no podía hacer nada y que debía presentar una queja en la Defensoría.

En este paradero al menos quince personas enfrentaron igual situación. Sidney Arcentales se  dirigía a Durán y tenía 20 minutos en espera de su bus.  Para tomarlo caminó tres o cuatro calles más al norte, aunque no estaba seguro por qué lugar decidió pasar la cooperativa que lo llevaría a su destino. Al mediodía la transportación se regularizó.