Nuevo capítulo de una vieja telenovela de la que ningún canal quiere saber nada (excepto TC).

Lunes por la noche. El vicepresidente de Noticias de TC, Rafael Cuesta Caputti, presenta acusación contra el ex superintendente de Bancos, Juan Falconí Puig, en la fiscalía de la PJ.

Exactamente le acusa de golpear el capó y el parabrisas de su carro, de gritarle “bájate hijo de... que aquí mismo te mato” y de estar “acompañado de otras personas”, una de las cuales “portaba un arma en su cintura”.

Publicidad

Esa misma noche, ‘El Noticiero’ de TC condensa astutamente todos estos ingredientes en un titular para el escándalo: “Juan Falconí Puig intentó asesinar a Rafael Cuesta”. Y el careto del perpetrador en el recuadro de la derecha, sobre la inscripción “Falconí - I. asesinato”.

Dos días después, el presunto homicida rinde su declaración. Dice que fue Cuesta quien intentó atropellarlo. Esto complica las cosas para la fiscal pero no para los periodistas de TC, a quienes el desarrollo del proceso importa tres pepinos. Para ellos está claro que fue intento de asesinato. “Atentado”, dicen ahora. Por la cara. Y en el recuadro de la derecha aparece ya no un careto cualquiera del sujeto, sino su más celebrada efigie, aquella del grosero dedo enhiesto -sit on it dicen los gringos-, todo un clásico. Y, abajo, las palabras “Falconí - Insólito”.

En TC es el drama de la semana. En el resto de canales, o bien la historia es despachada en cuatro frases, o bien no existe.

Publicidad

Desde hace rato que Falconí y TC vienen representando los papeles que la nomenclatura teatral identifica como del clown Blanco y el clown Augusto, el Gordo y el Flaco, el Chómpiras y el Peterete, el uno que le pega y el otro que llora.

¿Y luego? Al menos hasta que un juez establezca la verdad de los hechos, el tema está bien para los programas de chismografía y farándula, tan afectos a los tribunales. Como cuando Luciana Salazar se tira de los pelos con Pampita.