La cumbre entre los presidentes estadounidense, George W. Bush, y ruso, Vladimir Putin, comenzó este jueves por la tarde en Bratislava, constató la AFP.

Por otra parte, se conoció que el presidente Bush y su homólogo ruso prevén anunciar un acuerdo de seguridad conjunto para afrontar la amenaza del "terrorismo nuclear", en medio de las preocupaciones sobre la deficiente protección de instalaciones nucleares de Rusia, dijo el jueves The Washington Post.
 
Citando a responsables estadounidenses conocedores del acuerdo, el diario dijo que el pacto comprometería a ambos países a acelerar las actualizaciones de seguridad retrasadas durante tanto tiempo en instalaciones nucleares rusas y a trabajar conjuntamente en el desarrollo de una respuesta de emergencia a un ataque terrorista nuclear o radiológico.
 
Los responsables, que hablaron bajo la condición del anonimato, dijeron que el pacto también exige a Estados Unidos y a Rusia el desarrollo de un plan para sustituir uranio altamente enriquecido en reactores de investigación en otros países para evitar que sea procesado en combustible utilizable en armas, informó el periódico.
 
Según el diario, los detalles del pacto seguían siendo negociados el miércoles por la noche, pero se prevé que Bush y Putin emitan un comunicado conjunto en la cumbre que celebrarán el jueves en Bratislava, Eslovaquia.
 
La Casa Blanca no quiso realizar comentarios, señalando que las conversaciones seguían en marcha, dijo el Post.
 
El diario dijo que un informe del Consejo de Inteligencia Nacional completado en noviembre y al que tuvo acceso el miércoles decía que los rusos habían mejorado la seguridad en las instalaciones nucleares, pero que seguía habiendo riesgos por pasados contrabandos no detectados.
 
"Estamos intentando demostrar que podemos hacer progresos y avanzar, pese a estas otras cuestiones", dijo un alto funcionario del gobierno de Bush al Washington Post.
 
Bush indicó a principios de la semana que pretendía instar al presidente ruso a renovar su compromiso con la democracia durante su encuentro.
 
El reto para Bush era conseguir hacer llegar su mensaje sin causar desavenencias que pudieran afectar las relaciones en otras áreas, como los esfuerzos para convencer a Corea del Norte e Irán de que renuncien a sus ambiciones nucleares y reduzcan el riesgo de proliferación de armas.