El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, hizo este miércoles un llamado a los países ricos a que adopten acciones "deliberadas" para aliviar los desequilibrios globales.
 
Rato agregó que esas  medidas deben incluir esfuerzos "confiables y sostenidos" por parte de Estados Unidos para reducir su déficit presupuestario.
 
En un discurso en la Universidad de Columbia, Rato dijo que ha percibido algunas señales de austeridad fiscal en el plan presupuestario del gobierno del presidente estadounidense George W. Bush para el próximo año fiscal.
 
"La puesta en práctica de las propuestas del gobierno será crítica: se debe evitar el gasto desmedido", agregó en uno de los primeros comentarios del FMI sobre el propuesto presupuesto estadounidense desde su publicación el 7 de febrero.
 
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, sugirió a principios de mes que se siente mucho más cómodo con la dirección probable de la política fiscal estadounidense, diciendo el 4 de febrero que la "voz de la austeridad fiscal" estaba reapareciendo en Washington.
 
En ese mismo discurso, Greenspan dijo que las fuerzas del mercado y los planes de la Casa Blanca de reducir el déficit presupuestario parecen encaminados a estabilizar, y quizás reducir, el déficit comercial récord de Estados Unidos.
 
Aunque el FMI se muestra a menudo reacio a comentar las políticas de los países industrializados como Estados Unidos --que es también su principal accionista-- ha advertido que una ampliación de los déficit presupuestario y del comercio de Estados Unidos desestabilizarían la economía global.
 
El déficit estadounidense en cuenta corriente equivale a alrededor del 6 por ciento del Producto Interno Bruto, un nivel que Greenspan y los economistas han advertido es insostenible a largo plazo.
 
Rato dijo que desequilibrios globales persistentes harían volátiles a los mercados de divisas y de capital y obligarían a que las tasas de interés subieran fuertemente, aunque dijo que esto era algo improbable.
 
La carga de un ajuste económico desordenado recaería sobre los pobres del mundo, aseguró.
 
"(Los principales actores de la economía mundial) deberían actuar no sólo por un sentimiento de obligación ante el mundo, sino también como un reconocimiento de que es para su propio beneficio adoptar las medidas necesarias", dijo.
 
Rato señaló que la zona del euro y Japón deberían hacer más por impulsar su crecimiento económico por medio de más reformas estructurales.
 
En China y otros países asiáticos, los gobiernos deberían moverse hacia una mayor flexibilidad de sus tasas de cambio y fortalecer sus sectores financieros, agregó.