El presidente estadounidense, George W. Bush, aseguró ayer que tanto él como su Gobierno quieren que el proyecto de construcción europea “tenga éxito”, porque a EE.UU. le conviene que haya “una Europa fuerte”.

Bush recalcó la importancia de la cooperación política y económica de ambos lados del Atlántico.

Los 26 países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) anunciaron que colaborarán en los programas de entrenamiento de los militares iraquíes, decisión que simboliza el fin de las divisiones en el seno de la alianza por la invasión estadounidense a Iraq.

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Además la UE y EE.UU. reclamaron la “aplicación total en inmediata” de la resolución 1559 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que exige la retirada de las tropas sirias del Líbano.

En otro aspecto, el canciller alemán, Gerhard Schroeder, afirmó que tanto Europa como Estados Unidos quieren hallar una solución pacífica negociada para la disputa sobre el programa nuclear de Irán.

Pero Bush, insistió ayer que no descarta ninguna opción, ni siquiera la militar, para afrontar la cuestión del programa militar iraní.

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El mandatario norteamericano expresó su “preocupación” por el posible levantamiento del embargo europeo de armas a China, “pues podría modificar el equilibrio entre China y Taiwan”.

Además, Bush se reunió con el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que le expuso los objetivos del diálogo euromediterráneo y a quien saludó en castellano con un “Hola, ¿qué tal, amigo?”.