El debut del canciller venezolano Alí Rodríguez este miércoles en la Organización de los Estados Americanos pudo haber sido totalmente auspicioso de haber manejado de otra manera el tema del supuesto complot para asesinar al presidente Hugo Chávez, según reacciones de diplomáticos miembros.
 
En una organización internacional como la OEA, una denuncia de esa naturaleza requiere de pruebas y hasta de una sesión a puerta cerrada de sus miembros, dijo un diplomático sudamericano.  Nadie se puede presentar y hablar de un tema como ese, sin fundamento.
 
El diplomático, como las otras fuentes, hablaron bajo condición de no ser identificados y, coincidiendo con sus demás colegas, dijo que Rodríguez estuvo sumamente fuerte contra Estados Unidos en el discurso que leyó en una sesión especial de embajadores americanos.
 
Rodríguez, sin embargo, nunca levantó el dedo acusador contra Washington, pero Chávez ha denunciado que Estados Unidos quiere asesinarlo, unas acusaciones que ya el Departamento de Estado ha calificado de ridículas.
 
Chávez dijo en Caracas que Rodríguez pronunció un discurso para la historia, un discurso cargado de comienzo a fin de dignidad, me sentí dignamente representado por Alí allá en Washington.
 
Otro embajador comentó que Rodríguez pudo haberle dado incluso   una mayor fuerza a su mensaje si hubiese cambiado el tono de su lectura.
 
Rodríguez, nombrado canciller en noviembre, es un abogado con fuerte formación en asuntos económicos: presidió la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y más recientemente Petróleos de Venezuela (Pdvsa), el gigante estatal de la industria petrolera de su país.
 
Quizás por sus conocimientos de la importancia estratégica del petróleo, Rodríguez se abstuvo de repetir la afirmación presidencial reciente de que si algo le pasaba a Chávez que Estados Unidos   se olvide del petróleo venezolano.
 
Dio más bien seguridades de que su país seguirá siendo una fuente confiable de crudo para   todos sus clientes, y que ha previsto inversiones por 37.000 millones de dólares para mejorar su infraestructura empresarial en Estados Unidos.
 
Lo que sorprendió a muchos fue el hecho de que ningún embajador recibiera la oportunidad de intervenir después del discurso, como se ha hecho en otras ocasiones con oradores ocasionales en el seno del Consejo Permanente de la OEA.
 
La aceptación o rechazo de las reacciones es potestad del orador y se manifiesta anticipadamente a la presidencia del Consejo Permamente. Es probable que el propio Rodríguez o la misión venezolana ante la OEA hubiera fijado la modalidad de la sesión, dijeron los informantes.
 
Pese a ello, el embajador estadounidense John Maisto se acercó a Rodríguez cuando éste abandonaba la sala; le estrechó la mano, ambos hablaron sonrientes y luego Maisto le murmuró algo que mereció una reacción con gesto de seriedad del ministro venezolano.
 
Rodríguez dijo más tarde que Maisto le preguntó cuándo iba a recibir al embajador estadounidense en Caracas William Brownfield, y que le contestó que el lunes habían tenido una cita pero Brownfield no se presentó porque tuvo que hacer un viaje.
 
Dijo que con Maisto hemos tenido siempre muy buenas relaciones personales... que muchas veces ayudan para un mejor entendimiento.
 
Rodríguez, el cuarto canciller que visita Washington en tres años, no tenía en agenda ninguna entrevista con gente del Departamento de Estado.