El diputado socialcristiano Alfonso Harb considera que esta semana es clave para que “cuaje” el consenso que exigirá la reestructuración de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en la supuesta nueva mayoría que, según asegura la oposición, se formó en el Congreso Nacional.

De acuerdo a Harb, las marchas de Quito y Guayaquil, que fueron lideradas por Paco Moncayo (ID) y Jaime Nebot, de la oposición gobiernista, fueron fundamentales para hacer reflexionar a algunos diputados. Con esa nueva mayoría, ahora “se debe encontrar la fórmula para que finalmente se revoque esa decisión del 8 de diciembre y se constituya una corte apolítica, independiente”, expuso esta mañana.

Igual que el socialcristiano, opina el diputado de la Izquierda Democrática, Wilfrido Lucero, quien en Citynoticias (89.3 FM de Guayaquil) dijo que la Marcha por la Democracia realizada en Quito, el pasado miércoles 16, “dio resultados inmediatos porque en la sesión del Congreso del día siguiente varios diputados que estaban alineados con el bloque mayoritario del Gobierno, en forma instantánea y pública, expresaron su decisión de rectificar su conducta, y de atender los requerimientos fundamentales”.

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En conversación con Teleamazonas, el legislador del Partido Social Cristiano (PSC), señaló que su bloque está con la tesis de que la actual Corte, que fue designada el 8 de diciembre por una mayoría parlamentaria pro gobiernista, es “espuria e inconstitucional”.

Durante la entrevista, Harb reconoció que pese a que existe una nueva mayoría, aún no hay consenso para reintegrar a la CSJ, lo que no sucede en otros temas, como negar el levantamiento de la inmunidad parlamentaria del ex presidente y ahora diputado León Febres-Corder. Sin embargo, añadió, hay varias propuestas tanto del sector de la opinión pública como de los propios diputados, que ha sido pública y visible para reorganizar ese organismo. Por ello, lo importante es este momento es el diálogo entre los diferentes bloques.

Por su parte, el diputado Luis Fernando Torres, también del PSC, advirtió en Canal Uno que si los legisladores de varias provincias que forman parte del G-7 persisten en la actitud “democrática e institucional” en deshacer las decisiones parlamentarias del 8 de diciembre del 2004, conformarían una mayoría superior a los 53 votos y “se podría encauzar democráticamente al país”.

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Además, precisó que, en términos jurídicos, lo más fácil sería que los integrantes de la anterior Corte retornen y, vía cooptación, ellos y los conjueces designen a la nueva Corte. Sin embargo, considera que esa salida políticamente es difícil, “porque muchos grupos, inclusive aquellos que han estado en la Asamblea de Quito, hablan de la tercera Corte”. En consecuencia, la medida más corta y directa “sería cesar inmediatamente a aquellos que hoy ocupan la CSJ”.

El pasado 8 de diciembre, se reintegró a la Corte Suprema de Justicia, luego de que una mayoría parlamentaria pro gobiernista decidiera realizar ese cambio.