Inmigrantes dicen que en Barcelona varios empresarios prefieren despedir a legalizar a sus empleados.

No todos los empresarios españoles están dispuestos a legalizar a sus empleados dentro del proceso de regularización que lleva a cabo el Gobierno español.

William Cevallos,  de la Asociación Ecuador Llactacaru, señaló que recibe numerosas quejas de los compatriotas porque sus jefes se niegan a regularizarlos. “Basta conque ellos hablen de esa posibilidad, para que sus jefes los despidan”, dijo Cevallos.

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En tanto, 243 ecuatorianos  obtuvieron residencia en España acogiéndose a una medida especial en favor de los inmigrantes afectados por los atentados del pasado 11 de marzo.

En la misma medida que un ecuatoriano legaliza su estancia en España, otro se queda sin trabajo por la negativa del empresario a tramitar sus documentos. Así se desarrolla el proceso de regularización en Barcelona.

El proceso, que se abrió el 7 de febrero y concluirá el próximo mes de mayo, se ha convertido en un asunto polémico para los ecuatorianos, del que se habla, según la suerte de cada uno, en forma abierta o de manera reservada por temor a posibles represalias.

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Sonia Justillo, oriunda de La Unión (Esmeraldas), representa el lado dulce de la regularización, porque al fin podrá obtener el permiso de residencia y trabajo. “Mi jefa ya tiene el certificado de empadronamiento, el récord policial y la copia del pasaporte. Ella irá a la Seguridad Social el miércoles (mañana) para presentar los documentos”, dijo.

Justillo dedica su tiempo a cuidar a un niño, al que cada día tiene que llevar y traer de la escuela; además, los fines de semana trabaja en El Rondador, uno de los restaurantes ecuatorianos más conocidos en Barcelona y cuyo propietario es su marido.

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“Teniendo en cuenta de que el restaurante es de mi esposo, hace tiempo intenté obtener la residencia, pero no había la manera de hacerlo, porque la ley que estaba vigente no lo permitía”, explicó.

El optimismo que rebosa en Sonia Justillo contrasta con el pesimismo de otros ecuatorianos. El domingo, en el parque Joan Miró en Barcelona (sitio habitual de concentración de inmigrantes), una veintena de ecuatorianos consultados por este Diario dejó ver la desconfianza que tienen de los empresarios españoles.

“Simplemente dicen que no hay faena, y te quedaste en la calle”, aseguró uno de ellos, que pidió mantener su nombre en reserva por temor a ser despedido por hacer pública su denuncia.

William Cevallos, representante de la Asociación Ecuador Llactacaru, señaló que el temor que existe entre los ecuatorianos está dentro de lo normal, porque se da la paradoja de que se abre un proceso extraordinario de regularización y muchos se están quedando sin trabajo.

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“La asociación  recibe numerosas quejas de los compatriotas que quieren asesoría legal porque sus jefes se niegan a legalizarlos. Basta con que ellos hablen de la posibilidad de regularizarse, para que sus jefes los despidan”, dijo.

Cevallos aseguró que tal como se dan las cosas, al final del proceso de regularización, muchos ecuatorianos quedarán condenados a la ilegalidad.

“Los afectados -enfatizó Cevallos- deben reunir pruebas de que trabajan en determinado lugar, para presentarlas ante los tribunales una vez que concluya el proceso extraordinario el próximo mayo”.

“Se creía que habría colas largas de inmigrantes y empresarios en la Seguridad Social, pero no hay nada, pese a que en esas oficinas atienden solo de 16h00 a 19h00”, acotó el dirigente.

Los ecuatorianos son el colectivo de extranjeros más numeroso de Barcelona con 40.000 miembros legales. Sin embargo, esa cifra proporcionada por el Ayuntamiento no incluye ni a ilegales ni a los ecuatorianos que viven en L’Hospitalet, Santa Coloma y Cornellá, ciudades que crecen junto a Barcelona.

Proceso

Empleadores
En el proceso de regularización de trabajadores extranjeros ilegales, por primera vez es el empleador o empresario quien debe realizar el trámite de su empleado.

Requisitos
Los requisitos que se deben presentar son: un contrato de trabajo mínimo por seis meses, el certificado de antecedentes penales del país de origen (récord policial) y certificado de empadronamiento, que acredite permanencia en España antes del 8 de agosto pasado.

Vías
Hay otras vías de legalización para quienes no cumplan con los requisitos para entrar en el proceso de regularización que culmina el 7 de mayo.

Arraigo laboral
Una de esas vías es la del arraigo laboral, por la cual el extranjero deberá demostrar que ha permanecido dos años en España  y que ha trabajado al menos un año. Incluso un empleado sin documentos puede demostrarlo denunciando a la empresa a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.