Hoy se rememora el sesquicentenario del natalicio del ilustre compatriota Ángel Polibio Chaves, quien nació el 22 de febrero de 1855 en Guaranda, actual capital de la provincia de Bolívar.

El personaje destacó como jurisconsulto, político, militar, escritor y periodista. Fue gestor de la creación de la provincia de Bolívar (1884) y en el campo militar alcanzó el grado de coronel.

Su talento múltiple siempre lo puso al servicio de sus coprovincianos y compatriotas. Actuó como gobernador de Bolívar, secretario del Consejo de Estado, director de Estudios de Pichincha, subsecretario de Relaciones Exteriores y Hacienda, diputado, senador, catedrático del colegio Pedro Carbo de Guaranda y Militar de Quito, entre otros cargos.

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En periódicos
Fundó y dirigió periódicos y revistas: El Ecuatoriano, El Pichincha, El Independiente, El Orden, Guía Militar, La Voz del Sur, La Nigua, La Voz de Guaranda, El Bolivarense (primer periódico de Guaranda) y Los Principios (primer diario que apareció en Quito en 1883), entre otros.

Asimismo, militó en el partido Conservador, sufrió encarcelamientos y destierros por su lucha política. Murió el 11 de septiembre de 1930 en su ciudad natal.

Escribió diversas obras: Ecos de la cárcel, Cantos del proscrito, Urbanidad de señoritas, Homenaje a mi Patria, Ensayos poéticos, El juramento a Bolívar, El prócer Manuel de Echeandía, Acusación y defensa, Gloria a Sucre, Cantos patrióticos, y otros. Planteles y calles perpetúan su memoria.

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Su pensamiento

“La naturaleza entera está en manos del hombre: es preciso amasar rayos y montañas para sacar acontecimientos”.

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“La Patria puede agrandarse, restringirse, dislocarse, pero no desaparecer jamás. La Patria existe para sus hijos: si grande, para orgullo; si feliz, para gloria; si pequeña, para anhelos; si desgraciada, para desesperación. Pero amada siempre; y con un amor indescifrable, inextinguible, múltiple, único y gigante”.

“El pan se consigue con el sudor de la frente; la gloria con el del alma”.

“El gran secreto de la política sana es saber qué virtudes se puede exigir a cada hombre”.

“Aun cuando no se consiga el bien, el solo procurarlo es virtud”.

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