El presidente norteamericano, George W. Bush, probablemente tratará durante su visita a Europa esta semana de buscar apoyo para su política tendente a contener el poder militar chino, estiman los analistas.
 
George W. Bush inició este lunes en Bruselas una visita por Europa de  cuatro días que busca restablecer los vínculos transatlánticos después de dos  años de tensiones ligadas a la guerra de Iraq.
 
La visita del presidente norteamericano se produce después del comunicado  conjunto de Estados Unidos y Japón el sábado en el que declararon el estrecho  de Taiwán un "objetivo estratégico común" frente a la amenaza de Pekín de  invadir la isla, si ésta declara su independencia.  
 
El comunicado instó además a que Beijing diera más pruebas de su  transparencia en el dominio militar.
 
Por su parte, la Unión Europea (UE) se acerca día a día al levantamiento  del embargo de armas a China, impuesto en 1989 tras la masacre de Tiananmen.
 
Estados Unidos cree que una reanudación de la venta de armas europeas a  China permitiría al régimen comunista dotarse de sistemas de alta tecnología  que podrían generar el apoyo norteamericano a Taiwán, explicó Richard Fischer,  vicedirector del Centro Internacional de Evaluación y Estrategia, en  Washington.
 
"Aunque Japón y Estados Unidos empiezan a considerar seriamente la  preparación de una guerra en el Estrecho de Taiwán, la proposición de los  europeos que permetiría a la dictadura (china) eliminar la democracia (en  Taiwán) les es puramente insoportable", afirmó Fischer.
 
"Aunque se logre un compromiso entre Estados Unidos y Europa sobre un  código en la dirección de la venta de armas, un alza de sus ventas permitirá  modernizarse al Ejército Popular de Liberación (EPL)", añadió Fischer.
 
Si hasta el presente China contó sobre todo con Rusia para modernizar su  ejército, gastando decenas de miles de millones de dólares al inicio de la  década de los 90, hay numerosa tecnología que China quisiera conseguir junto a  los europeos, valoró Ellis Joffee, experto de la APL en Israel.
 
"Sin el acceso a la tecnología de defensa europea, las capacidades de  defensa de China resultan pobres", afirmó por su parte David Shambaugh,  especialista norteamericano en la armada china.
 
"Todos los expertos de la APL en Estados Unidos acuerdan que, salvo algunas  excepciones (como los misiles balísticos y los sistemas de guiado de los  misiles), las armas convencionales fabricadas en China tienen de 10 a 20 años  de retraso", precisó Shambaugh.