Más de  un millón y medio de tarjetas circula en el mercado, una tercera parte sería de almacenes.

Las cadenas comerciales se han convertido en la fuerte competencia de los bancos en la emisión de tarjetas de crédito. Al menos tienen una tercera parte de participación en el mercado de crédito. No hay cifras reales porque no son controladas, a diferencia de las otorgadas por las entidades financieras.

En los últimos dos años ha crecido la oferta de tarjetas institucionales, tanto que expertos en consumo creen que en Ecuador podrían darse fenómenos ocurridos en otros  países de la región, como Chile, en donde cadenas de supermercados como Falabella crearon su propio banco.

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Hasta con un sueldo de 160 dólares y un año de estabilidad laboral se puede acceder a una tarjeta de crédito para comprar en un almacén, por ejemplo un aire acondicionado pagando $ 39 mensuales por un año, $ 130 dólares más que el precio de contado, pero para aquellos que no cuentan con efectivo es la mejor alternativa. Seis de cada diez hogares compran de esa forma, según una encuesta de PulsoEcuador.

En los últimos dos años, la táctica comercial de emitir tarjetas propias, impulsada por establecimientos como De Prati, se expandió a otras cadenas. Un cálculo hecho en el 2003, estima que al menos medio millón de ecuatorianos posee una de estas tarjetas institucionales. Una buena competencia para los bancos que el año pasado cerraron con 1,1 millones de usuarios de tarjetas de crédito.

Así, el temor de andar con dinero en las calles, el poco    poder adquisitivo y los no tan estrictos requisitos para dar crédito –a diferencia de los bancos– son para las cadenas comerciales la oportunidad de colocar sus tarjetas, sostuvo Juana Peña, jefa de Crédito de Pycca,  que ofrece desde hace un año su tarjeta personal de crédito. EtaFashion también se sumó a esta estrategia y Tía lo hará este año.

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Los almacenes “han ganado un auge importante y la razón son los aún bajos niveles de bancarización del país. Los bancos tradicionalmente se concentraron en el 20% de la población con mayores ingresos, dejando al resto  sin acceso a crédito”, dijo  Cornelio Delgado, director técnico de la consultora especializada en consumo PulsoEcuador.

Las cadenas de venta, sobre todo las dedicadas a vestido, electrodomésticos y equipos electrónicos, supermercados, farmacias, ferreterías y artefactos de hogar son las que más han incursionado en el negocio a través de sus propias tarjetas de crédito. “Los bancos no quieren quedarse fuera del negocio y están a la caza de alianzas con tiendas bajo la fórmula cierta de que ellos conocen y manejan mejor el negocio del crédito, además tienen menores costos operativos”, agregó.

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Ecuador y América Latina viven hoy un auge generalizado del crédito que demuestra que las familias con bajos ingresos son buenos pagadores.

Por esto no se descarta que en Ecuador se den fenómenos como el chileno, brasileño o argentino, en donde cadenas de supermercados como Falabella de Chile crearon su propio banco, llamado Banco Falabella, o el Banco Azteca asociado a las tiendas Electra.

Delgado apunta que en el país “ya vivimos un fenómeno intermedio como es el caso del Unibanco, que a través de su tarjeta Cuota Fácil financia fuertemente las compras en su asociada Almacenes Japón o el caso de Produbanco que creó la tarjeta de crédito Supermaxi Produbanco MasterCard”.

25,8% DE HOGARES
Tiene al menos una tarjeta de crédito institucional, equivalente a 462 mil familias; mientras que el 13,1% posee una tarjeta emitida por instituciones financieras, según una encuesta realizada en el 2003 por Pulso Ecuador.

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812,4 MILLONES
De dólares es el endeudamiento que el año pasado se registró con las tarjetas de crédito emitidas por las instituciones financieras. Esta cifra representó un aumento del 55% con relación al 2003, según reportes de la Superintendencia de Bancos.

Lo que dice la ley

ART. 5: Las tarjetas de crédito, de pago o de afinidad, de circulación general, solo podrán ser emitidas por instituciones financieras o compañías emisoras de tarjetas de crédito, en tanto que las de circulación restringida podrán ser emitidas por establecimientos comerciales. (Ley de Instituciones del Sistema Financiero).

ART. 47: Cuando el consumidor adquiera bienes o servicios mediante sistemas de crédito, el proveedor estará obligado a informarle en forma previa, clara y precisa: El precio al contado.
El monto total por  intereses, la tasa a la que serán calculados; así como la tasa por mora y todos los recargos adicionales. El número, monto y periodicidad de los pagos a efectuar. La suma total a pagar. Se prohíbe el cobro de intereses sobre intereses. El cálculo de los intereses debe hacerse exclusivamente sobre el saldo de capital impago. (Ley Orgánica de Defensa del Consumidor).