Las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han iniciado una ofensiva militar destinada a terminar con la política de Seguridad Democrática del presidente Álvaro Uribe, anunció Raúl Reyes, vocero y miembro de la cúpula rebelde.
 
La ofensiva comenzó el 1 de febrero con el ataque a la base militar de Iscuandé, en el suroeste y una emboscada una semana después en la zona de Mutatá, al noroeste, donde 35 militares murieron y decenas quedaron heridos.
 
“Este es solo el principio de lo que se dará en el país contra el régimen de Álvaro Uribe”, advirtió Reyes en un reportaje escrito, respondido por internet y difundido en la noche del sábado por Noticias 1 de televisión.
 
Las FARC, la mayor y más antigua guerrilla del país, habían mantenido en los dos últimos años una posición de repliegue, con esporádicos ataques y evadiendo los combates con las fuerzas militares que involucraran grandes movilizaciones de guerrilleros, utilizadas entre 1996 y el 2002 para asestar golpes contundentes a las tropas gubernamentales.
 
Uribe aún sigue soñando con la paz arrasada y anunciamos que más que nunca nuestras milicias bolivarianas, nuestros combatientes más expertos en guerra, concentrados en cada rincón del país y el Partido Clandestino darán fin a su política de seguridad democrática, afirmó el líder guerrillero.
 
Uribe, tras asumir el poder el 7 de agosto del 2002, aumentó el gasto militar, el pié de fuerza, recuperó poblaciones y extensas zonas que estaban en manos de la guerrilla y logró una drástica reducción de los ataques, secuestros, homicidios y sabotajes de la guerrilla. Es su política de Seguridad Democrática que le ha ganado popularidad en Colombia.
 
Reyes añadió que ahora hay combates en diversas regiones del país que son prueba indiscutible de las consecuencias del conflicto interno de nuestra Patria y que no es cierto que el gobierno esté ganando la guerra.
 
Las fuerzas militares reportaron grandes combates que se desarrollan desde hace dos semanas en zona la rural de Vista Hermosa, un municipio del sureste del país, con cinco militares muertos, según informó el general Reinaldo Castellanos, comandante del ejército, quien calculó que también podrían haber 70 guerrilleros muertos y 90 heridos, aunque no se ha mostrado ningún cadáver.
 
Agregó que en estos combates participan alrededor de 700 guerrilleros de las FARC, quienes están enfrentados a dos batallones del ejército, respaldados por la aviación militar.
 
Entre tanto, el comandante de las Fuerzas Militares, general Carlos Alberto Ospina, advirtió el domingo que la guerrilla está en un proceso irreversible de debilitamiento por los golpes recibidos del ejército, la deserción de millares de sus combatientes, el menor ritmo de reclutamiento para reemplazarlos y la falta de apoyo entre la población civil.
 
A la guerrilla se le han cerrado los espacios en el país e internacionalmente, dijo el general Ospina en un reportaje con la radio del ejército, al señalar que también en el exterior es considerada grupo terrorista y ha perdido capacidad de desplazar sus embajadores en países latinoamericanos y europeos.