El Ministerio de Bienestar Social (MBS) suspendió la intervención a la Fundación Mariana de Jesús, regentada por la orden Jesuita.

El presidente de la República, coronel Lucio Gutiérrez, dio la orden, después de una reunión, la noche del jueves, con directivos de la fundación y miembros de la orden religiosa, quienes le informaron sobre los estados financieros de la entidad. 

Sin embargo, Bolívar González, subsecretario de Bienestar Social, aseguró que hoy, en una reunión con el Primer Mandatario y autoridades del Frente Social, los administradores de la fundación deberán justificar por qué no debe ser intervenida.

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Aseguró que la entidad tiene un déficit financiero de $ 24 millones, y que no se ha explicado el destino de $ 80 millones invertidos fuera del país.

Según González, el MBS administrará la fundación conjuntamente con las autoridades eclesiásticas. Gutiérrez –dice– lo niega.

González advirtió que el trámite legal del caso está en la Fiscalía, y que posiblemente la próxima semana el Ministerio Público emitirá órdenes de arraigo y detención contra los directivos de la entidad.

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Con respecto a la fundación Malecón 2000, González ratificó que el MBS inició investigaciones, sin la intención de intervenir en el organismo.

El MBS investigará a las seis mil fundaciones que existen en el país, precisó González.

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Por otra parte, organizaciones internacionales y entidades de la sociedad civil expresaron su respaldo a la fundación Mariana de Jesús.

El Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, con sede en Washington, rechazó la decisión del Ministerio de Bienestar Social de disolver la entidad, y expresó su preocupación porque la intervención en la fundación de la orden Jesuita se suma a un ambiente de amenazas y hostigamientos contra dirigentes sociales, defensores de derechos humanos, profesores universitarios y periodistas.
La Cámara de Comercio de Quito también se solidarizó con la fundación, e instó al Gobierno a actuar dentro de un marco de derecho.

El jueves pasado, el director de la entidad, Francisco Peña, sufrió un asalto, en el que fueron sustraídos una computadora personal y documentos importantes para la defensa de la fundación.