Las tragedias que causa del tránsito vehicular y consecuentemente las muertes, no se van a acabar, pero sí se pueden disminuir si tomamos algunas precauciones:
La más importante sería reducir la velocidad, no con el pie en el acelerador del vehículo, sino con un tope; permitir como velocidad máxima que pueda llevar un carro de pasajeros o carga pesada, 80 km por hora; ampliar el horizonte visual en las vías desbrozando sus costados; ampliar las curvas de las carreteras aunque no se asfalten; exigir que los automotores lleven linternas de recarga eléctrica que se coloquen a 20 metros atrás de todo vehículo que se estacione por las noches en cualquier vía; y preferir viajar al rayar el día y llegar antes de que comience a oscurecer, pues nada se gana con pasar la noche durmiendo en el carro, porque uno puede perder la vida.

Miguel Allauca Clavijo
Guayaquil

Denuncio el quemeimportismo de la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG).

 No hay ningún control para terminar con el abuso de los choferes de buses y colectivos de cooperativas que hacen lo que les da la gana al no transitar por un solo carril, sino del derecho al izquierdo y viceversa, a 50 km por hora, o más. Ni respetan a señoras con bebé al hombro, que ni bien ponen el pie en el estribo del carro, le dan arranque, exponiendo dos vidas; ni cuando pegan aceleradas y frenadas que hacen caer a los pasajeros; ni a los niños que, como pagan medio pasaje, les paran el bus cuando les da la gana.

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Además, si una persona de la tercera edad paga $ 0,25 o $ 1, no le dan el vuelto completo, y se le quedan con $ 0,05 o con $ 0,03; y si reclama le dicen: “No hay vuelto”.

Si es ley cobrar a la tercera edad solo el 50%, deben obligar a los choferes a tener monedas de $ 0,01 para que no perjudiquen al usuario; pero la  CTG, encargada de realizar este control, nunca lo hace. Han cogido más de cien señoritas vigilantes y no las han capacitado.

Pregúntenles qué carro se debe coger para trasladarse a cualquier punto de la ciudad, y ellas no lo saben. ¿Para qué ese gasto inútil de dinero?

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Otto E. Sotomayor Vélez
Guayaquil

Del tema del servicio de transporte público se han hecho muchas observaciones para que mejore, pero no se ha logrado nada. ¿Es tan difícil su solución en Guayaquil? En otras ciudades del país no se ve este desorden y desidia de las autoridades.

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La altura de los estribos de algunas unidades de transporte es tal, que causa dificultad para subir; algunos escalones tienen forma de caracol, con peldaños que apenas alcanzan para asentar medio pie; la incómoda distancia entre los asientos de los colectivos, a veces no es más de 20 cm; los choferes siguen usando la radio a todo volumen, llevando hasta cuatro acompañantes a su alrededor, por lo que resulta peligrosa su desconcentración al conducir.

El problema de los vendedores en los buses, también continúa, por eso el Municipio o alguna empresa interesada debería seleccionar a esas personas, capacitarlas para que aprendan a vender, tratar bien al usuario, y a llevar uniformes y distintivos de identificación. Pero lo más grave es que los choferes de buses en Guayaquil son los más irrespetuosos del tránsito, y causan casi a diario accidentes fatales, sin que sus gremios ni las autoridades hagan nada para controlarlos.

Jorge Almeida Ochoa
Guayaquil

El operativo en Guayaquil de la grúa municipal, bajo mando de la CTG, opera así:
Cuando ven un vehículo parqueado en una calle que tiene el letrero de no estacionar, el chofer con la grúa se ubica delante del carro, y uno de los operarios se baja, coloca unos fierros para aprisionar las llantas del vehículo estacionado, a la vez que lo engancha, mientras otro opera los controles y lo eleva para impedir que se les escape. Entre tanto, un cabo de la CTG merodea por los alrededores del vehículo, para ver si aparece su propietario.

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Esto lo viví cuando para averiguar el precio de una plancha de plywood, me detuve de manera momentánea (3 minutos) en la calle Clemente Ballén entre las avenidas Quito y Machala, a unos 18 metros, diagonal a un negocio de venta de madera; no lo hice a pie porque ya estaban parqueados otros automotores.
Mientras averiguaba el precio del material, se apareció la grúa municipal y comenzaron el operativo descrito. Al ver eso corrí hacia mi vehículo para alejarme del lugar, pero no fue posible; ya lo habían enganchado para llevárselo con mis dos hijos menores de edad en su interior.

Al Cabo que comandaba el grupo le expliqué que apenas tenía unos 3 minutos de haberme detenido, pero me contestó que eso él no podía saberlo.  Le pedí que disculpara esa falta cometida en un día domingo, en una calle y a una hora con poco tráfico; el cabo me pidió la licencia, y se la di. Luego él me explicó que la grúa era municipal, y que si se llevaban mi carro me costaría $ 26 recuperarlo, que la citación de la CTG me costaría $ 20...; me iba a hablar de un tercer valor, pero no se lo permití porque me dio coraje escucharlo, y le grité que me citara antes de que llevara el carro con mis hijos.

Ese señor adujo que le estaba faltando el respeto.

Después de mucha discusión y de haberme disculpado, el Cabo –según él, haciéndome un favor– no se llevó mi vehículo y me citó, lo cual debió hacerlo desde el principio.

¿Puede un miembro de la CTG ordenar el traslado de un vehículo mal estacionado momentáneamente, así existan menores de edad en su interior?

¿Si el propietario del carro se acerca y da la licencia para ser citado, eso no importa y lo que prima es llevársele el vehículo por la infracción cometida?

¿Por qué no se permite el parqueo momentáneo en calles del centro los fines de semana cuando el tráfico disminuye? Antes se lo permitía en fin de semana.

Lcdo. Julio Calero Garcés
Guayaquil

Da la impresión que propietarios y técnicos o inspectores automotores de la CTG desconocen la importancia de los amortiguadores para un eficiente comportamiento de los vehículos.

Se observa que en la mayoría de automotores que ruedan en carreteras y calles de la ciudad, sus llantas saltan causando vibraciones, pérdida de estabilidad y deslizamientos, por falta de tracción debido al mal estado de los amortiguadores.
Eso causa que el conductor pierda el control del vehículo y haya volcamiento con pérdidas de vidas. Muchos piensan que el excelente estado de las vías le quita importancia a la reposición de las llantas de un vehículo.

Estamos en temporada playera, se está dando el incremento vehicular a los balnearios y obviamente accidentes; la CTG debe ejercer un estricto control del estado de los amortiguadores de los vehículos que salen de la ciudad.

Héctor García Rivera
Guayaquil

En la última semana de diciembre del 2004 cancelé en un banco de la ciudad el valor de la matrícula de ese año de mi vehículo, pero por el alto número de usuarios, al tratar de canjear el esticker y el formulario de matrícula en la CTG, no alcancé a hacerlo.

El 19 de enero del 2005, mientras circulaba en mi vehículo por Urdesa Central, un operativo de la CTG detuvo mi automotor y se lo llevó al canchón por no tener la matrícula del 2004, a pesar de que los fondos de ese documento reposaban en las arcas de esa institución.

Ahí empezó mi vía crucis. Exigieron que debía cancelar la matrícula del 2005, cuando recién habíamos empezado el primer mes del año, y conseguir la boleta de libertad en el juzgado de turno; pero el pago de la matrícula del 2005 realizada en el banco, no asoma en el sistema de la CTG hasta después de 48 horas, y al juzgado no llega el parte del vigilante que retiene el vehículo, hasta después de 48 horas.

Para agilizar el trámite se debe presentar un escrito de un abogado y para eso contratar a uno. Luego de obtener la boleta de libertad del carro con su multa, hay que ir a la CTG a pagar el valor de garaje ($ 3 diarios) y después gastar más de $ 350 para recuperar el vehículo, perder tres días de trabajo, el jefe del canchón enseña un oficio pegado en su caseta, donde dice que la Dirección Ejecutiva de la CTG ordena no entregar ningún vehículo así traiga la orden del juez, sin que ella dé la autorización por escrito. Es decir, hay que ir a las oficinas de la CTG para ver si su Dirección tiene tiempo para firmar la salida del carro.
¿Hay algún organismo que pare esto?

Johnny Trujillo C.
Guayaquil