El gobierno ecuatoriano debería promulgar normativas para facilitar que las remesas de dinero que envían los emigrantes se orienten a la formación de pequeñas empresas familiares en el país.
 
Esta propuesta fue expuesta hoy por Carles Campuzano, diputado por Barcelona del partido Convergencia i Unió, que se encuentra en Quito para participar en un simposio andino-hispano sobre migraciones y desarrollo.
 
Agregó que los incentivos gubernamentales deberían también propiciar el retorno de los emigrantes, ya que con la inversión de sus ahorros ayudarían a desarrollar la economía del país.
 
Silverio Agea, secretario general de Cáritas España, afirmo que "es la pobreza de algunas zonas y sectores de la población el factor de expulsión a otros países de los trabajadores, que así se ven privados de el derecho a poder elegir entre emigrar o no emigrar".
 
Puntualizó que, en su opinión, el gobierno ecuatoriano debe reforzar el elemento de confianza en las instituciones por parte de la población, pues de esa manera los emigrantes no tendrían temor a la inseguridad de su posible retorno al país.
 
Campuzano señaló además que "la Unión Europea debería hacer un enfoque global sobre el asunto de la emigración en relación con toda la zona andina, con el fin de buscar soluciones concertadas y unificadas".
 
Las remesas de los emigrantes han experimentado un crecimiento constante desde 1998, año en que llegaron a Ecuador por un monto de 766 millones de dólares, mientras que se calcula que el año pasado han supuesto ingresos de más de 1.900 millones de dólares.
 
Esa cifra sitúa a las remesas de los emigrantes -unos dos millones según estimaciones oficiosas- en la segunda fuente de ingresos de divisas para Ecuador después de las exportaciones de petróleo, que representaron 3.500 millones de dólares en 2004.