En estos momentos inciertos para el país, por un Gobierno que ha roto todos los esquemas para afianzarse en el poder, no precisamente con hombres que irradian luz y concordia, sino todo lo contrario; un tema insignificante, pero imprescindible de tratarlo, es el de los considerandos para las condecoraciones.

Parece que es decisivo en su expresión el Presidente, cuando sobre su secretaria, nos dijo a todos a viva voz que es “pura”. Por eso la condecora con seis mil dolaritos mensuales   (para “pequeñeces”) nuestros. Me ha hecho comprender que hay clases de condecoraciones según el criterio segregativo que tenga el dador; condecoraciones otorgadas por cerebros a civiles y militares enquistados gobiernistas, siguiendo un camino en la misma dirección: la burla como atropello vulgar a la justicia, para favorecerse entre sí.

Olga Valverde de Caputi
Guayaquil