En los últimos gobiernos se ha dado un fenómeno notorio: durante la campaña, el binomio que aspira ganar las elecciones para presidente y vicepresidente de la República, se los ve tan contentos, juntitos, cogidos de las manos, abrazándose, hasta que ganan.

Cuando ya ambos han tomado posesión de sus cargos y ha pasado poco tiempo, comienza un “divorcio” entre el presidente y el vicepresidente, y no existe camaradería ni aparecen en el escenario público.

Ahora lo vemos con el actual Vicepresidente, al punto que la comunicación que tiene con el Primer Mandatario es por cartas. Hay tantos asuntos que el Presidente no puede atender y están estancados porque no tiene tiempo por sus viajes u otras causas; bien podría delegar al Segundo Mandatario estos temas.

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El Primer Mandatario está en trámite de divorcio con el Vicepresidente. En este caso hipotético y tomando como base nuestro Código Civil cabría preguntar: ¿Es divorcio consensual o sea por mutuo consentimiento, o es un divorcio litigioso o por causales?

Hablando en forma hipotética creo que no se trata de lo primero, y si se tratara del segundo caso, podríamos revisar el Código para ver cuál de las 11 causales se ajusta al tema; generalmente la causal más invocada es la del abandono voluntario e injustificado, y creo que en este caso podría tomarse en cuenta esta causal. Es de desear que el Primer Mandatario cambie su posición ya que el divorcio traería graves consecuencias a todos sus hijos, o sea a todos los ecuatorianos que estamos bajo su mandato. Les quedan a ambos dos años de ejercicio que deberían ser muy bien aprovechados.

Ab. Elvira Morla Larrea
Guayaquil