Se denigraba a los comerciantes de Pedro Pablo Gómez por las protestas por su reubicación, haciéndose una clasificación étnica que no se puede aceptar en pleno siglo XXI, y menos en  democracia.

Si bien es cierto que quienes mueven gran parte de la actividad comercial y contribuyen con impuestos son gente de la serranía y si ante Dios y la Constitución todos tenemos los mismos derechos a la libre circulación y domicilio, debemos laborar en orden y aseadamente, respetando a la ciudad que nos brinda el campo propicio para superarnos.

Freddy Tipantasig Cárdenas
Guayaquil

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La administración municipal, coherente con la magnífica obra de regeneración urbana efectuada, que ha elevado la autoestima  a los guayaquileños, también está empeñada en imponer orden.

Por décadas soportamos indolentes el ilegal comercio de objetos de dudosa procedencia y el caótico comercio de víveres en la calle Pedro Pablo Gómez que denigran Guayaquil; por lo que eliminar las cachinerías, reubicar a los comerciantes y rescatar la vía pública y el orden, es una medida acertada que los guayaquileños tenemos la obligación de apoyar en general; pues el comercio caótico de víveres en calles centrales, no compagina con la regeneración urbana que se realiza.

Que nadie detenga el progreso de Guayaquil.

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Roberto L. Sagñay G.
Guayaqui
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