Hoy se recuerda el primer centenario del nacimiento del destacado hombre público guayaquileño Francisco P. Illingworth Icaza, quien sobresalió por su visionaria acción cívica, política, empresarial  y de servicio comunitario. Fueron sus padres Juan Illingworth Icaza y Ana Icaza Villamil, descendientes de  los próceres almirante Juan Illingworth y general José de Villamil, respectivamente.

Recibió la instrucción primaria en su hogar por medio de tutores, la secundaria la culminó en 1922 como alumno del colegio Vicente Rocafuerte. El 13 de abril de 1929 contrajo matrimonio con María Luisa Vernaza Robles, hija del filántropo Luis Vernaza, y procreó numerosa familia.

Forjador de instituciones
Dueño de un característico espíritu de ayuda a sus compatriotas, formó parte del grupo fundador de la Cámara de Industrias de esta ciudad y desempeñó varias veces la vocalía de la junta administrativa de la Benemérita Sociedad Filantrópica del Guayas. Se destacó como miembro de la Junta de Beneficencia de Guayaquil y cooperó en  actividades a favor del hospital de niños Alejandro Mann y  la maternidad Enrique C. Sotomayor.

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También  fue vicepresidente, presidente, vicegobernador del Club de Leones de Guayas y El Oro;  consejero y tesorero del Consejo Provincial del Guayas, presidente de la Sociedad Nueve de Octubre de Auxilios Mutuos y  tesorero del Banco Ecuatoriano de la Vivienda, en Guayaquil. En el campo de la creación literaria escribió un libro sobre moral y política, tres obras de teatro y numerosos poemas, aún inéditos; después de su muerte el 20 de junio de 1982 de su autoría  se editó un opúsculo de oraciones.

Actividad política 
Francisco Illingworth Icaza militó en el Partido Conservador y completó el binomio presidencial del Dr. Camilo Ponce Enríquez, para el periodo 1956-1960. Durante su actuación en la Vicepresidencia de la República mostró tino y deseos de servicio, similar a lo que hacía en sus funciones de presidente del Senado y del Congreso Nacional, del Consejo de Estado y del Consejo de Economía.

Biógrafos y contemporáneos de su obra resaltan la sencillez  que mostró en sus funciones públicas y en la actividad privada, resaltando que junto a su talento conocedor de la realidad económica y política del país puso su vocación de laborar por el desarrollo de la nación. El filósofo Manuel de J. Real dijo de él: “Fue siempre fiel a su patria, a su partido y a su fe”.