Hoy llega a Quito, Rodrigo de Rato, director del FMI. La relación con el país va más allá de la cita.

La relación entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene un tema pendiente: la aplicación de reformas estructurales. Entre ellas, destacan la participación privada en los sectores petrolero, eléctrico y de seguridad social, la flexibilización laboral, la focalización de los subsidios y la eliminación de las preasignaciones.

Ninguna es nueva y no todas necesitan la aprobación del Congreso; algunas acciones son atribución directa del Ejecutivo (como la liquidación de los bancos cerrados o la auditoría a Petroecuador) y tienen -en teoría- consenso; sin embargo, carecen de respaldo político.

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El 20 de abril del 2004 concluyó el último acuerdo stand by del Ecuador con el FMI. En el balance, el Gobierno recibió $ 80 millones de los $ 210 millones previstos, debido a que las reformas estructurales (ya citadas) fueron rechazadas por los diputados.

Al FMI le gustan los indicadores macroeconómicos del país, reflejan estabilidad y capacidad de pago frente a los acreedores. Pero solo muestran una cara de la moneda y no son suficientes para que la economía real (productiva) crezca, indicó una fuente del organismo.

El Producto Interno Bruto (crecimiento de la economía), en el 2004, alcanzó el 6%. Ese repunte se debe a que el sector petrolero creció en el 35,5%, mientras que el aparato productivo lo hizo en apenas el 1,7%, según el Banco Central (BCE).

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Para el FMI la única manera de expandir esa parte de la economía -con real capacidad para generar empleo- son las reformas estructurales.

“No se ha podido hacer las reformas que el Fondo ha querido, pero para ello es importante que se solucione la crisis política”, sostiene Ramiro Crespo, director de la consultora Analytica Securities.

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El ministro de Economía, Mauricio Yépez, anunció que insistirá en el envío de las reformas petrolera, eléctrica y de seguridad social en un solo paquete (Trole 3 o Ley Combo) “para aprovechar la mayoría en el Congreso”.

El FMI reconoce que hay una mayoría afín al Gobierno, sin embargo, se hace una pregunta: ¿Se puede contar con el voto favorable de los socialistas, del MPD en temas conflictivos como el petrolero?

El escenario, dicen las fuentes del organismo, nunca es previsible y los planes a largo plazo siempre están sujetos a “actualizaciones”.

La colocación de $ 750 millones en bonos -que anuncia Yépez- y el uso del Feirep (fondo petrolero) son -entre tanto- dos temas en los que el FMI tiene dudas. El buen entorno internacional para colocar deuda y los altos precios del petróleo pueden generar recursos nuevos, pero el uso de esos fondos está por verse, dicen las fuentes del Fondo.

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EL PERSONAJE

EN ESPAÑA
Rodrigo de Rato, director gerente del FMI, de 55 años, fue ministro de Economía de José María Aznar, ex presidente del gobierno español, durante ocho años.

APOYO
Asumió la dirección del FMI el 7 de junio del año pasado, con el voto latinoamericano.

PROPUESTA
En sus exposiciones públicas propone disciplina fiscal y reformas estructurales para consolidar el crecimiento regional. “Tenemos que reconocer que no hay soluciones rápidas ni fáciles; lo que se necesita es una reforma sostenida de la política, no soluciones a corto plazo, por eso es importante ir forjando un consenso político perdurable en torno a políticas que faciliten el crecimiento”, dijo en Madrid, en noviembre pasado.

CON EL ECUADOR
Ecuador tiene un “acuerdo informal” con el FMI; es decir, ningún papel firmado ni desembolsos previstos, pero sí la aceptación de evaluaciones trimestrales.

AGENDA
De Rato se reúne hoy, a las 10h00, con el Ministro de Economía. A las 11h00 irá al Congreso; a las 13h00, a la Presidencia.