El Ártico se está convirtiendo en el vertedero de productos químicos de la Tierra, afirmó el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en un informe publicado este jueves en Londres.
La contaminación de los animales constituye una amenaza para los pueblos indígenas que cuentan con estas especies para alimentarse, explica.
Por ejemplo afecta a los sistemas inmunológico, hormonal y reproductivo de los osos polares, así como a peces, focas y ballenas.
Los principales contaminantes son los pesticidas prohibidos, como el DDT, las sustancias contra incendios utilizadas en los muebles y el material informático.
Llegan al Polo Norte a través de las corrientes marinas o el aire y quedan almacenados en los bloques de hielo, alcanzando concentraciones químicas superiores a las de los países de origen. Luego pasan lentamente a los océanos, a veces varios años después.
Los animales de la región son muy vulnerables debido a la espesa capa de grasa que envuelve sus cuerpos, afirma WWF, añadiendo que ya se pueden medir los efectos de esta polución en otras zonas.
Los pájaros, peces, focas y sedimentos oceánicos que se encuentran cerca de Gran Bretaña tienen residuos procedentes de parafinas cloradas o productos utilizados para las pinturas, pegamentos, el cuero o el caucho.
"Cada vez se encuentran más productos químicos en las especies del Ártico", señaló el jueves Elizabeth Salter-Green, la responsable del programa, según la cual urge "una reglamentación severa que impida su llegada al Ártico".