Millones de agricultores de los países en desarrollo están amenazados por la prolongada caída de los precios de los alimentos que cultivan, en medio del incremento general de la producción y el proteccionismo de los países desarrollados, alertó este martes la FAO.
 
El organismo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación lanzó esta alarma en su primer informe "El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2004", una publicación con carácter bienal dirigida a profundizar en cuestiones relacionadas con el comercio de este tipo de alimentos.
 
Muchos agricultores y países exportadores están "atrapados" en una espiral de producción y exportaciones que se rige por los precios de mercado, en continuo descenso para algunos tipos de alimentos, subraya el informe, que ha sido presentado hoy en Roma.
 
Esta caída de precios se debe principalmente a las llamadas "distorsiones del mercado", es decir, los beneficios de los que gozan los productores de algunos países desarrollados -en forma de subvenciones o barreras arancelarias- y la excesiva oferta de productos básicos.
 
Las exportaciones mundiales de algodón, trigo, maíz, leche desnatada en polvo y azúcar, por ejemplo, las acaparan EE.UU. y la Unión Europea, que venden estos productos a precios muy inferiores a los que se encontrarían en mercados "no distorsionados" y, en ocasiones, a precios inferiores incluso a los costes de producción.
 
No obstante, no se puede generalizar, precisa la FAO: mientras que en los últimos años se han recuperado parcialmente los precios de los cereales, los cultivos oleaginosos, lácteos, fibras y materias primas, la subida ha sido "mucho más frágil" en el caso de las bebidas tropicales, el azúcar y las bananas.
 
Estos últimos son, precisamente, los productos básicos de los que más dependen los ingresos que obtienen los países más pobres en concepto de exportaciones, señala el informe.
 
El subdirector general del Departamento Económico y Social de la FAO, Hartwig de Haen, explicó hoy que la actual situación del mercado "ha dividido a los países en desarrollo en dos grupos".
 
"Por un lado -señaló- están los países en desarrollo que han logrado depender menos de uno o dos productos básicos agrícolas; por otra, están los países menos adelantados, donde el grueso de la producción agrícola y las exportaciones está en manos de los pequeños productores".
 
En este último caso las inversiones para diversificar productos brillan por su ausencia, falta capacitación y los responsables se topan con la dificultad de cumplir con las normas de calidad y los estrictos plazos de suministro de las principales cadenas de supermercados de los países desarrollados, indica la FAO.
 
El informe pone de relieve que son muchos los países pobres que dependen de la exportación de unos pocos productos básicos agrícolas -en ocasiones uno sólo- para obtener sus divisas, una concentración que les hace muy frágiles frente a las variaciones del mercado y el clima.
 
Para un total de 43 países en desarrollo, más del 20 por ciento del total de sus ingresos de exportación se obtienen gracias a un único cultivo; se trata de países en los que la pobreza es generalizada, y casi todos están en Africa subsahariana, Latinoamérica o el Caribe, insiste la FAO.
 
El lado positivo de este descenso de los precios es que también puede reducir el costo de las importaciones de alimentos en los países en desarrollo, aunque, según el informe, ello "no estimula en general a los consumidores a aumentar considerablemente la compra de alimentos realizados con productos básicos".
 
Para resolver esta situación, la agencia de la ONU propone que "las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) den prioridad a la reducción de los aranceles agrícolas, el apoyo a los productores y las subvenciones a las exportaciones en los países desarrollados".
 
También insta a los países en desarrollo a reducir sus propios aranceles para fomentar el comercio entre ellos mismos y aprovechar "las oportunidades que ofrece la liberalización del mercado".
 
La diversificación, los programas de inversión y ayuda a los agricultores para "protegerse" de crisis que puedan dañar sus cultivos son otras medidas que, según la FAO, pueden ayudar a los países más pobres a salir adelante en un mercado agrícola cada vez más competitivo.