Las Dolores preparan la demanda foránea contra el Estado ecuatoriano, una vez que agotaron las instancias locales en busca de justicia.

Para Dolores Vélez y Dolores Briones, las viudas de Carlos Andrade y Guime Córdova (víctimas casuales), y Dolores Guerra, esposa del posible desaparecido (Johnny Gómez), los fiscales y jueces no actuaron con imparcialidad durante la investigación del caso Fybeca. “Nunca investigaron”, aclara su defensor, Rafael Esteves Moncayo.

Estas mujeres por casi 15 meses reclaman, especialmente los miércoles frente al Palacio de Justicia, en el denominado ‘Plantón contra la impunidad’, luego del operativo en la farmacia Fybeca del 19 de noviembre del 2003, que dejó ocho personas muertas (dos de estas casuales) y tres supuestos desaparecidos. Dicen sentirse “defraudadas por la administración de justicia interna”, y afirman que solo creen en la justicia de Dios y en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Corte Interamericana de Derechos Humanos, adonde demandarán luego que se agotaron las instancias locales.

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Guerra, Briones y Vélez empezaron desde la semana pasada a preparar la demanda internacional, con la asesoría de Rafael Esteves, quien dice que “el caso Fybeca es un ping pong procesal entre distintas autoridades, y que en el fondo revela que en Ecuador solo la impunidad se ha convertido en la respuesta al delito”.

De las causas iniciadas, la 2ª Corte Distrital de Policía exculpó a los 20 policías involucrados. El juez 2º de lo Penal (suplente), Manuel Vélez Ayala, llamó a juicio a la única detenida Seydi Vélez, y acusó de prófugos con orden de prisión y llamamiento a juicio a los posibles desaparecidos, Johnny Gómez, César Mata y Erwin Vivar. El juez 7º de lo Penal, Jorge Guzmán Navarrete, exculpó al ex agente Érick Salinas y al sargento Sergio Gaibor, involucrados en las supuestas desapariciones.

Esteves dice que las Dolores han buscado justicia para que se sepa la verdad de lo que ocurrió; “pero se enfrentaron a una doble moral, doble discurso y al falso espíritu de cuerpo, de las autoridades. Aún así ellas tienen la convicción de que la mejor forma de ganar es comenzar perdiendo”, sostiene el jurista.

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Guerra es tajante al discernir que “la justicia es como un cordón umbilical que une a policías, fiscales y jueces. Esto del caso Fybeca parece un atado de cangrejos que la Corte internacional desatará, y fiscales y jueces serán sancionados con el derecho de repetición (sanción económica que el Estado estará obligado a imponerles)”.

La cónyuge de Gómez dice sentirse dolida. Insiste en que pese a sus reiterados reclamos nunca le dijeron la verdad sobre el paradero de su esposo. “Policías, fiscales y jueces protegieron a Érick Salinas y a Sergio Gaibor, quienes se encargaron de desaparecer a mi esposo, a César Mata y Erwin Vivar”.

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Guerra refirió que la fotografía de EL UNIVERSO captó a Gaibor y Salinas, quienes fueron identificados por el jefe del IV Distrito, coronel Hugo Robalino, al día siguiente de la publicación.

Esteves recordó que “la Veeduría de la Comisión de Control Cívico de la Corrupción estableció que en Fybeca hubo una cita concertada para matar. Criminalística informó que las armas de los delincuentes jamás fueron disparadas y que esa gente fue acribillada en el suelo y por la espalda”.

Guerra aún recuerda que la noche del 19 de noviembre puso la denuncia en la Fiscalía y que le rogó al fiscal de turno que la ayudara. También al oficial de guardia (un coronel dice ella), y que ambos le respondieron que se vaya porque para ayudarla iban a pedirle algo a cambio. “Les dije que cargaba 4 dólares. Se rieron y me dijeron que era sexo”, asegura.

Al final, el fiscal Pérez Asencio, quien inició la instrucción por las desapariciones, no acusó a Gaibor ni a Salinas; el ministro fiscal subrogante, Santiago San Miguel Triviño, ratificó ese dictamen y el juez Guzmán los sobreseyó (excusó).

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Dolores Briones, la viuda del mensajero de Fybeca (Guime Córdova), dice que “el rostro de la mala administración de justicia tiene la cara del fiscal Pérez Asencio, quien también tuvo en sus manos la denuncia por la muerte de dos inocentes (Córdova y Andrade) y nunca hizo nada. Esperó tanto y luego desestimó la denuncia. Le enviamos 52 peticiones para que inicie la instrucción fiscal y nada hizo, solo pidió el archivo de la causa”.

Briones recordó que “el ministro fiscal subrogante, solo para este caso, Francisco Freire Quinto, ratificó la desestimación de Pérez Asencio y todo quedó en la impunidad”, repuso.

Dolores Vélez, la esposa del cliente evangélico que fue a comprar pañales para su hija Carla Doménica (Carlos Andrade), indica que “no existe justicia ni temor a Dios. Es triste decirlo, las autoridades no temen a Dios. Me siento defraudada. La lucha ha sido dura todo este tiempo, pero ha dado frutos. En medio de nuestra debilidad nos hemos hecho fuertes; el problema moldeó nuestro carácter, y hemos sido padre y madre para nuestros hijos.
Nuestra lucha se constituyó en un ejemplo para las personas”, dice.

Esteves recuerda que Dolores Vélez siempre ha dicho que “Jesús aparentemente perdió, luego que lo masacraron y vendieron en 40 monedas, pero que nadie se acuerda de Herodes, Pilatos y Judas; han pasado 2.000 años y la figura de Jesús se fortalece”, acotó.