La tentación: una oportunidad para decidirnos por Cristo

1.- El mensaje de la Palabra de Dios
Jesús es el nuevo Moisés y la célula original y originante del nuevo pueblo de Dios, que no debe sucumbir a la tentación.

Nos presenta a Adán y a Cristo enfrentando la tentación: Adán queriendo suplantar la soberanía de Dios; Cristo, poniendo su confianza en Dios y en su palabra.

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Las tentaciones de Jesús son las mismas tentaciones que afronta el hombre de hoy. Cristo venciendo, nos invita a vencer la tentación y nos da la posibilidad de hacerlo.

2.- ¿Qué compromiso nos pide el Señor?
Alimentarnos con el pan de la Palabra y de la Eucaristía para vencer la tentación.
La tentación, que es la mayor prueba de la libertad incluye siempre dos respuestas: un sí y un no. Pero como la libertad se nos dio para elegir lo mejor, decir sí debería ser siempre la mejor opción.

Frente a la propuesta de ser como Dios, Adán cayó en la tentación y dijo sí. Jesús dijo no y venció, rechazando la tentación.

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Tenemos miedo a la libertad, a decidir por nosotros mismos, a tomar decisiones.
Preferimos recurrir al horóscopo, que nos lean las cartas, preferimos que otros “nos den pensando” que decidan por nosotros. ¿Pero no es esta una forma de negar o de renunciar a nuestra propia libertad?

Adán pensó que la libertad-obediencia le hacía esclavo, en lugar de abrirse al amor y dejarse amar por el Padre.

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Jesús, venciendo la tentación, nos dice que también nosotros, con un ejemplo y con su ayuda, podemos vencer.

La tentación: una oportunidad para optar por Cristo, por lo difícil, por lo que nos hace más libres y más personas.