Un autogol rocambolesco del defensa local Marco Zamboni, en la primera parte, dio el triunfo al Milán en su visita al Reggina (0-1), lo que le permite seguir el paso del líder, Juventus Turín, del que le siguen separando dos puntos, al final de la vigésimo cuarta jornada de la liga italiana.
 
Que el Milán no iba a tenerlo muy asequible lo evidenciaba tanto la buena posición liguera del Reggina (undécimo, lejos de la zona descenso) como que en la presente campaña hayan caído en el estadio "Granillo" el Juventus Turín y el Roma, así como que el Inter sólo saliese con un empate.
 
Además, de las cuatro anteriores visitas, el cuadro milanista sólo se había llevado un triunfo (22-04-2000) y un empate.
 
Y a ello se unía la necesidad del Milán de ganar para no despegarse de un líder, Juventus Turín, que horas antes había derrotado al Udinese, situándose con cinco puntos de ventaja.
 
La obligada ausencia del lesionado Andrea Pirlo, el "faro" del juego milanista, fue solventada por el técnico Carlo Ancelotti de la con la entrada de Massimo Ambrosini. Y este es más contenedor que organizador, por lo que intentaron crear el holandés Clarence Seedorf y un Gattuso encomiable batallador pero sin saber construir.
 
El Reggina afrontó la contienda de forma cauta, agazapado, pero dejando pocos espacios. Era consciente de que el Milán pondría un fuerte ritmo en la búsqueda de contrarrestar la victoria juventina.
 
Sin embargo, la cautela del Reggina, con una buena presión y el brasileño Mozart y el paraguayo Carlos Paredes sacrificándose en misiones de espera, tenía la trampa de la búsqueda de su peligroso contragolpe tras rápido robo de balón.
 
Y al contragolpe, el Reggina levantó dolores de cabeza a la adelantada defensa del Milán. Ocurrió cuando Mesto (m.9) no atinó a hacer valer una superioridad numérica, al alargarse en exceso el balón, y cuando un duro disparo de Colucci (m.17) precisó de la mejor faceta del meta brasileño Dida, quien detuvo en dos tiempos.
 
El conjunto milanista, en tanto, tenía más tiempo el balón, pero no sabía superar la contención local. Su peligro se limitaba a colgar balones al área, ante los cuales la defensa del Reggina respondía con contundencia. Y es que ni se rompía por las bandas ni el brasileño Kaká ni el ucraniano Andreiy Shevchenko parecían en jornada.
 
Pero en el minuto 39 la fortuna se alió con el Milán: erróneo pase en profundidad de Seedorf que se perdía claramente por la línea de fondo y Zamboni, en lugar de dejarlo ir, en el intento de despejar el balón lo introdujo en propia meta. Se iba al descanso con un 0-1 que premiaba en exceso al cuadro visitante.
 
Lógicamente, el Reggiana adelantó líneas y era el Milán quien se pasó a ser más obrero. El partido bajó de ritmo, el cuadro local puso en liza al japonés Nakamura; y Ancelotti, primero quitó a Cafú y metió a Stam y, después, retiró a Hernán Crespo y sacó a Serginho.
 
Y hasta el final apenas llegaron ocasiones peligrosas de gol para una y otra meta. La primera la malogró Kaká (m.79), que desaprovechó un contragolpe con tres jugadores milanistas y un sólo defensa local. Lo pagó siendo sustituido por el portugués Manuel Rui Costa.
 
La ocasión del Reggina llegó en un saque de falta lateral que rebotó en Bonazzoli y Dida se encontró el balón (m.81). Y para cerrar, en los últimos instantes, Serginho emuló el fallo de su compatriota y brasileño Kaká. Todo se cerró con el 0-1, que llegó de forma rocambolesca.