El histórico plan de las Naciones Unidas para controlar el calentamiento global, conocido como el protocolo de Kioto, comenzará a regir el próximo 16 de febrero, pero aún genera polémica, sobre todo, por la retirada de Estados Unidos.

Pese a la inminente vigencia del protocolo, denominado así porque se firmó en la ciudad japonesa del mismo nombre el 10 de diciembre de 1997, muchos países aún están lejos de cumplir la meta planteada allí de disminuir la emisión de los gases que causan el efecto invernadero en  5,2%, respecto a 1990, en el periodo 2008-2012.

El pacto, que firmaron 141 naciones, busca controlar el constante aumento de las temperaturas, que para muchos científicos provocará cambios catastróficos en las próximas décadas, aumentando las tormentas, sequías, inundaciones y provocando un incremento del nivel del mar.

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Para que el protocolo entrara en vigor, tenía que ser ratificado por los países industrializados causantes del 55% de las emisiones.

En el 2004, después de dos años de debates y negociaciones, Rusia, el segundo país más contaminante del mundo, ratificó el protocolo, lo que posibilitó que 90 días después, el próximo 16 de febrero, este entrara en vigor.

Sin embargo, Estados Unidos, responsable del 36,1% de las emisiones de países industrializados en 1990, se retiró en el 2001.

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El presidente de EE.UU., George W. Bush, insiste en rechazarlo por considerarlo demasiado oneroso para la economía estadounidense, pues  costaría cinco millones de empleos norteamericanos.

Además, la Casa Blanca estima que el tratado fracasará, porque no exige a los países en desarrollo un recorte de las emisiones de gases.

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Dos de estos países, China e India, están entre los mayores emisores de gases de efecto invernadero y por ser considerados “no industrializados”, a pesar de tener grandes industrias contaminantes, obtienen ventajas pues no dedican grandes inversiones para cumplir el protocolo.

Pero Washington dice apoyar la reducción voluntaria de las emisiones y la aplicación de nuevas tecnologías ambientales. California, el estado más populoso, adoptó una ley apoyada por el gobernador republicano Arnold Schwarzenegger, que obliga a los fabricantes de automóviles a vender vehículos que emitan menos CO2 desde el 2009, para reducir el 30% de las emisiones en el 2016.

Debate
El Programa Ambiental de las Naciones Unidas afirma que el cambio climático es la mayor amenaza para la humanidad, a largo plazo.

La ONU asegura que las naciones industrializadas están incumpliendo con sus metas y predice que para el 2010 las emisiones estarán 10% por encima de los niveles de 1990.

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Pero los opositores de Kioto lo consideran “una pérdida de dinero fundamentada en una ciencia alarmista”.

Algunos estiman que el tratado es demasiado débil, que sin el apoyo de Estados Unidos no puede prosperar, y que este solo toca el problema del calentamiento global  de manera superficial, pues para poder controlarlo se necesitan reducciones de hasta el 60%.

El lanzamiento de las celebraciones para el 16 de febrero abarcará desde reuniones en Kioto, donde se acordó el pacto, hasta oraciones en iglesias por el suceso. La ciudad californiana de Berkeley celebrará con en un ‘Día de San Valentín al Planeta’.