Este cantón, que  cumplió el pasado jueves 79 años de ser designada como Villa, afronta problemas de servicios básicos.

Son arrozales que se extienden hasta el horizonte. Allí, en el centro de ese mar verde se encuentra lo que parece una isla urbana: así luce Daule.

La ciudad aparece como una localidad en la que se mezcla lo moderno con el nivel de vida campestre. Allí hay casas viejas, calles limpias, servicio de telefonía, mercados y supermercados en el centro, entre otros negocios.

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Esta dualidad entre campo y ciudad caracteriza el desarrollo de Daule y constituye la base de su identidad. Sus calles reúnen a los campesinos que llegan al centro cantonal. Ellos viven de la agricultura en general, principalmente del cultivo de arroz.

Para los dauleños el río que lleva el mismo nombre es motivo de orgullo e identidad. Este afluente se convirtió en épocas pasadas en el principal medio para llegar al cantón. Con el paso del tiempo las carreteras cambiaron la modalidad de transporte y actualmente por el Daule navegan las familias que habitan en los recintos aledaños.

Aunque también este afluente es una atracción para los viajeros que llegan al complejo turístico la Playita.

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Servicios básicos
Pese a que la rodea el agua, en este cantón uno de sus principales inconvenientes es el servicio de agua potable.

El problema se debe a que no tiene su propia planta de agua potable, por lo que el Municipio compra el servicio a Interagua.

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El alcalde Pedro Salazar Barzola, quien dirige la ciudad desde el  2000, espera implementar una planta  para solucionar el problema.

Considera que la falta de recursos por parte del Gobierno ha sido el principal obstáculo. “Debido a la serie de trámites no hemos conseguido el dinero para los trabajos”, explica.

Por otro lado, los dos malecones presentan la huella del descuido.
En uno de ellos, la basura rodea el muelle de los pescadores. En el otro, situado en el sector de Banife, la estructura se encuentra completamente  deteriorada.

Salazar manifestó que efectuará dentro de su plan de regeneración los trabajos en los malecones para devolverles su belleza.

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Señaló que una de las labores se realizó en el cementerio, donde se renovaron el templo para las misas y las salas de velación.

Eusebio Santana, quien nació hace 50 años en este cantón, deploró el descuido de las autoridades por el sector de los malecones.

Santana espera que la urbe recupere su belleza con obras, pero también pide que se conserve la identidad de pueblo montubio.