Dos misas se realizaron ayer por el Día Mundial del Enfermo. La primera se realizó, a las 11h00, en la Casa del Hombre Doliente, que alberga a 60 personas con enfermedades incurables como cáncer, sida, tuberculosis e insuficiencias renales.

En la misa, oficiada por el padre Félix Pinelli, estuvieron presentes los pacientes, sus familiares, voluntarias, misioneras y personal del centro.

La segunda la organizó el Apostolado del Hombre Doliente y fue a las 16h00 en la iglesia de la Catedral.

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En ambas se recordó a la patrona de los enfermos, la Virgen de Lourdes, y se reflexionó sobre la importancia de participar con la oración en la salud de las personas.

Obras Misionales Pontificias de la Arquidiócesis de la ciudad también recordó la fecha con un comunicado público, en el que señala la labor del Apostolado de la Unión de los Enfermos Misioneros, cuyo propósito es “ofrecer sus alegrías y tristeza, sufrimiento y dolores por las misiones”.

El documento recalca, además, la obra “silenciosa” de los misioneros a través de la oración.

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Historia
El papa Juan Pablo II estableció la fecha del Día del Enfermo en 1992 para solemnizar la aparición de Nuestra Señora de Lourdes, en el santuario del mismo nombre, en Francia.

En su mensaje, de aquella época, dijo que el 11 de febrero “pretende implicar a todos los hombres de buena voluntad, pues las preguntas de fondo que se plantean ante la realidad del sufrimiento y la llamada a aportar alivio, tanto desde el punto de vista físico como espiritual, a quien está enfermo, no afectan solamente a los creyentes sino que interpelan a toda la humanidad, marcada con los límites de la condición mortal”.

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Además, convocó a los fieles a mantener la sensibilidad en favor de quienes están viviendo pruebas de dolor.