Camilla fue reacia hasta el final a casarse con Carlos porque no quería someterse a la presión de ser la esposa de un rey, según la prensa británica, que muestra este sábado en varias encuestas un aumento del apoyo público hacia la boda.
 
Un día más, los periódicos británicos se han llenado hoy de revelaciones sobre la pareja, que este jueves anunció su compromiso para sorpresa de propios y extraños y fijó su enlace para el próximo 8 de abril en una discreta ceremonia civil en el castillo de Windsor.
 
Una de las más llamativas es que la divorciada Camilla no tenía ninguna gana de volver a casarse y prefería seguir como compañera y amante del príncipe de Gales antes que pasar al primer plano que le va a reportar ser la futura duquesa de Cornualles y princesa consorte, si su marido llega a ser rey.
 
Según el tabloide "Daily Mirror", fue Carlos quien convenció a su novia de la conveniencia de desposarse, debido a que la reina Isabel II temía las implicaciones constitucionales que podrían derivarse de la posibilidad de que falleciese sin que su hijo estuviese casado.
 
Nuevos sondeos publicados hoy, en cualquier caso, indican que la población británica es cada vez más favorable al enlace del heredero de la Corona con una divorciada, lo que no significa que tengan tan claro que el príncipe Carlos será el próximo rey de Inglaterra.
 
Ello le haría jefe supremo del Anglicanismo, algo sobre lo que la jerarquía de la Iglesia de Inglaterra parece estar dividida a pesar del apoyo claro del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, según el conservador "The Daily Telegraph".
 
Un 66% de los británicos no quiere que Isabel II abdique en los próximos años en favor de su hijo, según un sondeo de "The Times", mientras otra encuesta del sensacionalista "Daily Mail" concluye que la próxima boda real debilitará a la monarquía.
 
Parece además que la mayoría de los británicos prefiere que la sucesión dinástica se salte una generación y pase desde la longeva reina Isabel a su nieto Guillermo, de 22 años, hijo mayor de Carlos y Diana de Gales, con muy buena imagen en el Reino Unido.
 
Asesores del primer ministro británico, Tony Blair, han mantenido conversaciones al más alto nivel sobre la posibilidad de que el próximo rey sea el joven Guillermo, asegura el "Daily Mirror".
 
De acuerdo con una encuesta de ese periódico, un 41% de los consultados prefiere que el guapo príncipe suceda a su abuela aunque un 37% quiere que Carlos sea el próximo rey.
 
La feliz pareja disfruta este fin de semana de un tiempo de relax privado en Highgrove, la residencia campestre de Carlos al oeste de Inglaterra, apenas ocho semanas antes de que se celebre su boda, de la que apenas se conocen detalles.
 
No está claro a quién invitará la Familia Real, que sólo ha desvelado que serán unos cuantos amigos y familiares. También se desconoce quién acudirá a la recepción que ofrecerá la reina y, ni siquiera, si la boda real será televisada, como el público desea.
 
Sólo se sabe que el príncipe Carlos, de 56 años, le pidió a su novia, de 57, que se casase con él como mandan los cánones -rodilla en tierra- y que el anillo de pedida que le ha regalado perteneció a la Reina Madre, quien fue el miembro más popular de la Familia Real británica.
 
Valorado en unos 750.000 euros, se trata de una joya de estilo "Art Deco" de platino con un gran diamante cuadrado en el centro, flanqueado por tres bandas de diamantes rectangulares más pequeñas a cada lado, que está incrustado en un aro de oro de Gales de 18 quilates, siguiendo una antigua tradición de la Familia Real.
 
Carlos de Inglaterra, nieto favorito de la Reina Madre, ha tenido otro detalle con su abuela al elegir como destino de su luna de miel la finca escocesa de Bickhall, que perteneció a la venerada anciana, fallecida el 30 de marzo de 2002 a los 101 años.