Tras once años de operaciones, la telefonía móvil o celular ha conseguido superar en el  119% la cobertura de la telefonía fija, cuyo servicio cumple alrededor de un siglo en el país.

Según estadísticas de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Suptel), al 31 de diciembre del año pasado, 16 de cada cien habitantes –en promedio– contaban con un teléfono fijo, proporcionado por Andinatel, Pacifictel, Etapa o Linkotel.

Para esa misma fecha, 27 de cada cien habitantes tenían un teléfono móvil; tres compañías –BellSouth, Porta y Alegro (estatal)– manejan un total de 3’544.174 clientes.

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A finales del 2004, la telefonía fija sumó 1’612.261 abonados (la mitad de los cubiertos por las operadoras celulares) distribuidos así: 863.239 de Andinatel, 647.822 de Pacifictel, 100.865 de Etapa (que opera solo en el cantón Cuenca) y 335 abonados de Linkotel.

El superintendente de Telecomunicaciones, Iván Burbano, comentó que Andinatel y Etapa muestran un crecimiento regular mientras la expansión de Pacifictel es limitada.

La operadora que mayor número de líneas telefónicas maneja por cada cien habitantes es Etapa (23); le sigue Andinatel con 16 líneas y Pacifictel con 9.

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La brecha entre el desarrollo de la telefonía móvil y el de la fija ha sido resultado de las preferencias del consumidor, según funcionarios de la Suptel. Los usuarios han priorizado la posibilidad de comunicarse y ser ubicados mientras se movilizan.

Sin embargo, para los técnicos de Andinatel son los asentamientos poblacionales dispersos y los escasos recursos económicos de la población los factores que han frenado, en el país, el crecimiento de la telefonía fija. Instalar una línea en zonas alejadas de los centros poblados, y que frecuentemente son pobres, resulta costoso y los potenciales usuarios no están dispuestos a asumirlo, comentó la fuente.

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El director ejecutivo de Alegro, Giusepe Ceci, sostuvo –en cambio– que dos circunstancias impulsaron el crecimiento de su sector: la distribución de la población, que no está altamente concentrada en pocos lugares, y el perfil que tiene su servicio dentro de la economía familiar.

Mientras la telefonía fija representa una necesidad básica relacionada con actividades domésticas, familiares y laborales, la móvil –dijo Ceci– es personal (con todos los posibles servicios) y tiene un alcance inmediato.

La eliminación del sistema de redondeo en cada minuto de llamada –en el 2000– también jugó a favor de las celulares. Según el criterio de las operadoras fijas, la sustitución del sistema “el que recibe (la llamada) paga” –con el cual se adjudicaron las bandas para la telefonía móvil– por “el que llama paga”, catapultó a las operadoras.

 

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