Con el anuncio norcoreano, son nueve las naciones que tienen arsenales atómicos: Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia, China, India, Pakistán e Israel, aunque este último país no lo ha admitido oficialmente.

Corea del Norte declaró ayer por primera vez que tiene armas nucleares y se retiró indefinidamente de las conversaciones multipartitas sobre su programa nuclear, alegando que necesita ese armamento para defenderse de la hostilidad de Estados Unidos.

“Hemos (...) fabricado armas nucleares para poder enfrentarnos a la política cada vez más indisimulada de la administración Bush de aislar y ahogar a la RDPC (República Democrática Popular de Corea, nombre oficial del país)”, dijo un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores que difundió la oficial Agencia Central de Noticias de Corea.

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Según informes de EE.UU., Corea del Norte dispone de dos o tres armas atómicas, veinte instalaciones nucleares y almacena entre 2.500 y 5.000 toneladas de armas químicas y diez tipos diferentes de bacteriológicas.

Es la primera vez que esa república reconoce públicamente que tiene armas nucleares y es la primera respuesta de Pyongyang al discurso de asunción de segundo mandato del presidente de EE.UU., George W. Bush, el pasado 20 de enero, en el que afirmó que está comprometido a “acabar con la tiranía”.

Bush no nombró a ningún país, pero su secretaria de Estado, Condoleezza Rice sí se ha encargado de nombrar a Corea del Norte como uno de seis regímenes tiránicos.

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Rice restó importancia al dramático anuncio, al asegurar que EE.UU. ya había asumido desde mediados de los noventa que Corea del Norte podría tener armas nucleares.

Además, afirmó que EE.UU. no tenía intenciones de atacar o invadir Corea del Norte. “El hecho es que el mundo les ha dado una salida y que deberían tomarla”, afirmó.

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El comunicado supone un reto para Bush, que ahora enfrenta a dos naciones –Corea del Norte e Irán– a las que incluyó en el pasado en un “Eje del Mal” junto con el Iraq de Saddam Hussein, y que se muestran abiertamente desafiantes sobre sus programas nucleares.

Ayer, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, indicó que “seguimos comprometidos con las conversaciones a seis bandas”.

A su vez, el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, declaró que el anuncio de Corea del Norte debe considerarse como una doble amenaza, al provenir de un “régimen dictatorial” cuyos líderes no se caracterizan por la prudencia.

Pero expertos en proliferación nuclear aseguran que Corea del Norte habrá producido, probablemente, suficiente plutonio para fabricar un número reducido de armas, pero nadie puede decir con seguridad si tiene la capacidad de fabricar una bomba nuclear.

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Un funcionario de alto rango de seguridad de Corea del Sur insinuó que el Norte podría estar usando esa política tan arriesgada para tratar de imponerse y para muchos analistas, la declaración del régimen comunista de línea dura, apunta a arrancar concesiones a Estados Unidos.

A cambio de renunciar a sus programas nucleares, Corea del Norte ha exigido en ocasiones anteriores a EE.UU., que junto a Rusia, Japón, Corea del Sur y  China participa en las conversaciones con Pyongyang, que se comprometa a entregar ayuda energética al empobrecido país asiático, además de que se firme un tratado de no agresión.