A los mayoristas se les compran los productos que luego se los comercializa a precios bajos.

Cada viernes en la madrugada, grupos de mujeres de escasos recursos económicos salen al encuentro de los camiones proveedores de legumbres de la Feria Libre de la ciudad.

El objetivo es comprar a precio de distribuidor y armar sacos de comida para venderlos a familias pobres de esta ciudad que se han inscrito con anterioridad.

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Se trata del proyecto Mi Taleguita Solidaria, consistente en la venta de combos que contienen 14 productos, entre verduras, hortalizas, frutos y granos, calculado para que alcance durante unos 15 días aproximadamente a una familia corta (de 5 miembros).

“No queremos regalarles el producto, porque eso es paternalismo, Mi Taleguita es para incentivar la cultura del ahorro y la nutrición”, dijo Rosalía Íñiguez, a cargo del proyecto.

Íñiguez asegura que Mi Taleguita no tiene fines de lucro, y más bien cumple una función educativa y social.

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Recordó que la idea nació en abril del 2004, con el propósito de demostrarles a las mujeres pobres que con pocos recursos y algo de organización sí es posible una dieta sana y nutritiva con productos vegetales.

Participación
Para promover el sentido de solidaridad cada beneficiaria y su familia participan en algunas de las etapas de su ejecución, esto es, en la compra, el pesaje, la armada de los sacos o el refrigerio para los que asisten a la jornada.

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Norma Cadena, moradora del barrio suburbano Lucha de los Pobres Organizados, indicó que ella asiste unas veces a la compra de los productos, otras al pesaje o a la preparación del refrigerio, según su disposición de tiempo.

En el pesaje y arreglo de los saquillos generalmente ayudan los esposos o hijos de las beneficiarias, en una jornada de camaradería y trabajo que se desarrolla desde las 07h00 hasta las 14h00, cuando están listos para ser entregados.

Norma es modista, su esposo es guardia privado y tiene 6 hijos, tres de ellos menores de edad. Ella asegura que el saquillo de Mi Taleguita es conveniente. “Yo he sacado las cuentas y si voy al mercado a llenar un saquillo con los mismos productos, me cuesta el doble”, manifiesta.

Transporte
Uno de los problemas de Mi Taleguita es el transporte de las beneficiarias. Por lo general se reúnen las que viven por el mismo sector para alquilar un taxi y llevar sus respectivos sacos.

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Pero hay otras, como el caso de Miriam Olave, moradora del Blanca García, un barrio considerado zona roja en el sur de la ciudad, donde no entran los taxis ni camionetas de alquiler por lo que debe caminar hasta cinco cuadras con el saco al hombro.

Íñiguez resalta que la idea es que con Mi Taleguita, las mujeres pobres aprendan a organizarse y ejecuten proyectos similares en su sector o cantón como una manera de enfrentar la crisis económica.

COMERCIO

PRODUCTOS
Cada saquillo para la venta contiene cebolla, papa, tomate, haba, fréjol, yuca, limón, brócoli, acelga o nabo, naranjilla, coliflor, pepino, rábano, melloco, choclos, entre otros.

COSTO
El precio real del saco es de 4,50 dólares, pero se lo vende en 5 para cubrir los costos de movilización desde el mercado a La Casa de Nosotras, donde se lo distribuye.

TRABAJO
En el pesaje y arreglo de los saquillos ayudan los esposos o hijos de las beneficiarias. La jornada se desarrolla desde las 07h00 hasta las 14h00.