Los principales grupos indígenas de Ecuador se apartarán de la disputa entre el Ejecutivo y los partidos políticos de oposición, que el próximo 16 de marzo saldrán a las calles de Quito en sendas manifestaciones de apoyo y protesta contra el gobierno.
 
La Federación de Nacionalidades Campesinas Indígenas y Negras (Fenocin), la segunda en importancia después de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), anunció hoy que no participará en la marcha convocada por la oposición, ni en la "contra-marcha" auspiciada por el Gobierno.
 
La Conaie ya había anticipado hace una semana que no se alinearía con ninguno de los bandos y calificó la disputa entre el Gobierno y la oposición parlamentaria de "pelea de compadres", por intereses particulares, y "a espaldas del pueblo".
 
El presidente de la Fenocin, Pedro de la Cruz, aseguró que la disputa política se da entre sectores oligárquicos y que la protesta no aborda asuntos importantes como el peligro de un tratado de libre comercio con Estados Unidos o los proyectos de privatización de empresas públicas.
 
"Hay políticos que quieren enfrentar pueblo contra pueblo, y por eso el comité ejecutivo de la Fenocin ha decidido no participar en las marchas convocadas, porque es una pelea de oligarquías", argumentó De la Cruz.
 
El líder indígena convocó a los sectores sociales a conformar un "frente contra el plan Colombia o el tratado de libre comercio con Estados Unidos".
 
De la Cruz admitió que su agrupación apoya la convocatoria de una consulta popular promovida por el ex vicepresidente ecuatoriano León Roldós, de tendencia socialista, para aplicar reformas constitucionales que conduzcan a un fortalecimiento de las instituciones del Estado.
 
En coincidencia con la Conaie, De la Cruz aseguró que la protesta social debería estar encaminada a resolver las amenazas que implica la profundización del plan Colombia, que Washington auspicia para combatir el narcotráfico y las guerrillas colombianas.
 
También dijo se adhería a las manifestaciones que varios grupos sociales han convocado para oponerse a una eventual firma de un tratado de libre comercio con EE.UU., así como a los proyectos privatizadores del Gobierno, que también han sido apoyados por algunos grupos de la oposición.
 
De la Cruz insistió en tildar a opositores y oficialistas de "oligarcas" y responsabilizó a los dos bandos de las consecuencias que puedan generar las manifestaciones convocadas para el mismo día y en el mismo lugar.
 
El grupo opositor Participación Ciudadana confirmó hoy que adelanta un día su marcha, para el 16 de marzo, con el objetivo de evitar enfrentamientos con los sectores pro-gubernamentales.
 
Participación Ciudadana había previsto, en un principio, efectuar su marcha el día 17 de marzo, pero tras saber que el Gobierno preparaba una "contra-marcha" para el mismo día, adelantó su convocatoria.
 
No obstante, el Partido Sociedad Patriótica (PSP), que lidera el presidente del país, Lucio Gutiérrez, confirmó hoy mismo que también adelantaba un día la convocatoria de la "contra-marcha".
 
El diputado oficialista Gilmar Gutiérrez, hermano del jefe del Estado, aclaró que se adelantó la "contra-marcha" para evitar que la oposición pueda aprovechar la marcha para promover ideas golpistas.
 
La oposición ha calificado esa actitud del sector del Gobierno como "intimidatoria y dictatorial" y ha responsabilizado al Ejecutivo de un eventual enfrentamiento entre los dos sectores.
 
El prefecto de la provincia de Pichincha (cuya capital es Quito), el socialdemócrata Ramiro González, advirtió de un posible choque entre las dos facciones, aunque insistió en que no teme las acciones intimidatorias del Gobierno.
 
La autoridad provincial acusó al presidente de la República de tener una actitud hostil e intolerante y afirmó que la controversia no ha sido iniciada por la oposición, sino por el Gobierno.