América Latina aprendió la mayor lección de los  años 90, que debe centrarse en reducir la volatilidad macroeconómica, pero si  desea mantener su mayor crecimiento en 10 años debe apresurarse en llevar a  cabo reformas estructurales que atraigan recursos a largo plazo, dijo el FMI. 
 
Las prioridades de la región deben ser reducir y cambiar el perfil de su  elevada deuda pública, mantener un tipo de cambio flexible y la inflación bajo  control, fortalecer el sistema financiero e impulsar el comercio, señaló el  martes Anoop Singh, director para América Latina del FMI, al difundir un  estudio sobre las lecciones de los últimos 15 años. 
 
"Somos optimistas sobre el futuro (...) En la mayoría de los países vemos  un fortalecimiento de las políticas macroeconómicas, vemos atención a las  reformas estructurales en áreas que no eran centro de atención en los 90",  dijo Singh a periodistas. 
 
Latinoamérica, que se beneficia actualmente de un clima externo favorable  -por el alza del precio de las materias primas y las tasas de interés  relativamente bajas- debería crecer este año al menos 4%, y se encuentra en el  mejor momento para avanzar en estas reformas, advirtió. 
 
Singh precisó que la tasa de crecimiento se ha duplicado en promedio en la  región y alcanzó 5,5% en 2004, contra un alza del PIB promedio de 2,5% en 2002  y 2003. 
 
"El desafío es mantener el crecimiento en los próximos años en un rango  superior a 4%, o en 5%" e implementar reformas estructurales, institucionales y  de gobernabilidad "que puedan atraer recursos nuevos a estas economías de  manera sostenida", estimó. 
 
El estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), titulado  "Estabilización y reforma en América Latina: una perspectiva macroeconómica en  la experiencia desde comienzos de 1990", llama a aumentar la independencia de  los bancos centrales para seguir controlando la inflación en el marco de un  tipo de cambio flexible. 
 
También señala la necesidad de reducir la deuda pública y evitar que su  composición sea en divisas, a corto plazo y tasa flotante. "Se requiere un  esfuerzo sostenido para bajar la deuda pública" en relación al PIB, insistió  Singh. 

Los sistemas financieros, fuente de volatilidad en el pasado, "deben  convertirse en fuente de crecimiento", apuntó el funcionario, que llamó a  fortalecer las regulaciones bancarias, aumentar su supervisión y mejorar las  leyes de bancarrota. 
 
"Una prioridad clave es mejorar la tasa de comercio aún baja de América  Latina en relación a otras regiones dinámicas del mundo", sostuvo asimismo el  estudio. 
 
El FMI reclamó también una mayor flexibilización de las leyes laborales y  que el Estado desempeñe un mejor papel para establecer un clima de negocios que  apoye la inversión privada y mejore la productividad. 
 
"Este no es un mundo de laissez-faire, donde todo queda al albedrío de los  mercados", sostuvo Singh, que destacó la importancia de la democratización y la  necesidad de luchar contra la corrupción, mejorar la gobernabilidad y  satisfacer las demandas de los pobres. 
 
Pero rechazó no obstante referirse al tema concreto de lo que sucedió en  Argentina en relación a su marco legal para atraer inversiones. 
 
"El gobierno trabaja para reactivar las inversiones en Argentina. El  progreso macroeconómico es un prerrequisito. Ellos lo reconocen, nosotros lo  reconocemos. Dejaremos el resto para otro día", afirmó. 
 
Singh también respondió que el estudio deja fuera las lecciones que el  propio FMI aprendió sobre los últimos 15 años en la región porque "este no es  un estudio sobre el papel del Fondo" en América Latina.