El púgil alemán fue célebre dentro y fuera del ring.

La leyenda de Max Schmeling se forjó en un ring de boxeo, concretamente en su victoria ante el norteamericano Joe Louis en junio de 1936, pero su mito rebasó claramente los límites de los cuadriláteros y de las crónicas deportivas.

Tal vez la parte no deportiva de su leyenda se deba precisamente a que en su momento se negó a convertirse en un mito al servicio de los nazis, que intentaron instrumentalizarlo como expresión de la superioridad de la raza aria.

Publicidad

Su actitud durante el nacionalsocialismo, escondiendo judíos en su casa y resistiéndose a los coqueteos de los poderosos, lo convirtieron, después de la guerra, en un símbolo del alemán puro que no había pactado con el mal.

También el manejo inteligente y ponderado que hizo de su fama y su prestigio, sin permitirse caer en una actitud de estrella inalcanzable, hizo que muchos alemanes comunes y corrientes siguieran viéndolo como uno de los suyos.

Schmeling disputó durante su carrera 70 combates, de los cuales ganó 56 y entre 1930 y 1932 fue campeón del mundo de peso pesado.

Publicidad

Batallas contra Louis
El boxeador germano ganó el cinturón del peso pesado el 12 de junio de 1930 ante el estadounidense Jack Sharkey, descalificado en el cuarto asalto por un golpe bajo.

Dos años después volvió a perder la corona por puntos ante Scharkey.

Publicidad

Sin embargo, la fama de Schmeling está fundada ante todo en el legendario combate de 1936 que ganó por nocáut en el duodécimo asalto ante Joe Louis, que en ese momento era considerado imbatible.

Esa victoria hacía de Schmeling una figura perfecta para la propaganda nazi, pero el boxeador se resistió inteligentemente a ello.

En 1938, en una segunda pelea contra Louis, esta vez por el título mundial, perdió por nocáut en el primer asalto.

Su relación con Louis no terminó con los dos combates, sino continuó en forma de una estrecha amistad que se prolongó más allá de la retirada de los dos pugilistas.

Publicidad

Schmeling, que tras su retirada en 1948 se convirtió en empresario, ayudó incluso económicamente a Louis en momentos en que este tuvo problemas financieros.

Los reconocimientos siguieron acompañando a Schmeling prácticamente hasta su muerte.

Contra el racismo
En 1971 le fue concedida la Cruz Federal de Honor alemana, en 1979 fue recibido en audiencia por el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, y en 1987 la prensa especializada lo eligió como el deportista alemán más importante de todos los tiempos.

Un pabellón de deportes de Berlín, donde juega sus partidos el Alba Berlín, lleva su nombre.

En Estados Unidos tampoco fue olvidado. En 1989 el estado de Nevada declaró el 6 de diciembre como el Día de Max Schmeling, por su valiente actitud contra el racismo.

Con un fondo de cinco millones de euros, Schmeling sentó las bases para  una fundación (que lleva su nombre) de ayuda a grupos de caridad y auxilio a ex boxeadores.

Muchas veces, ya en su vejez, Schmeling se declaró sorprendido de seguir siendo reconocido en la calle pese a que sus triunfos deportivos estaban tan lejos en el tiempo. 

Según el ex futbolista alemán Uwe Seller, que considera a Schmeling no solo su amigo sino su ejemplo, dijo que el ex boxeador hubiera querido alcanzar los 100 años.

Murió a los 99 y quedó a un poco de completar su leyenda con una edad de tres dígitos.

NOCAUT

MAX SCHMELING  nació el 28 de septiembre de 1905 en Klein-Luckow, en el este de Alemania, y fue el primer pugilista de ese país que  conquistó un campeonato  mundial de los pesos pesados.
 
COMENZÓ SU  carrera en 1923 y al año siguiente ya disfrutó de su primer título nacional al ganar el cetro germano de peso ligero pesado para aficionados.

JOE LOUIS  estaba invicto en 27 peleas cuando Schmeling lo derrotó por nocaut, el 9 de junio de 1936, silenciando a 60.000 aficionados neoyorquinos, en el doceavo asalto.

SCHMELING ENFURECIÓ a los jerarcas nazis en 1935 al declinar afiliarse al partido nacional socialista, negarse a despedir a su entrenador, el judío-norteamericano Joe Jacobs, y rechazar  divorciarse de su esposa de origen checo Anny Ondra, una actriz de cine.