Al menos 32 personas murieron en ataques en Iraq, ayer, incluidos dos atentados suicidas, mientras cuatro rehenes egipcios eran liberados y se anunciaba que una periodista italiana secuestrada recuperará su libertad en los próximos días.
Doce policías iraquíes murieron en el atentado suicida más sangriento cometido ayer en la mañana en el recinto del hospital general de Mosul, a 360 km al norte de Bagdad, según fuentes médicas y policiales.
Los policías esperaban para cobrar su sueldo en el patio del hospital cuando, según el coronel de policía, Saad Aziz, “un kamikaze que llevaba un abrigo largo llamó a los jóvenes policías para que se acercaran a él y entonces hizo estallar los explosivos que llevaba encima”.
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Pero dos buenas noticias iluminaron esta jornada sombría y sangrienta. Cuatro ingenieros egipcios secuestrados el domingo en Bagdad fueron puestos en libertad, afirmaron fuentes de la embajada egipcia y un portavoz de la empresa para la que ellos trabajan.
Además, la Organización de la Yihad, el grupo islamista que había amenazado con matar a la periodista italiana Giuliana Sgrena, secuestrada en Iraq si Italia no retiraba sus tropas antes de la noche de ayer, indicó que la pondrá en libertad “durante los próximos días”, dice un comunicado divulgado en internet.