El estadounidense Zab Judah hizo buena su  palabra de tomar desquite ante su compatriota Cory Spinks, y con un triunfo por nocaut técnico en el noveno asalto de un combate a 12, le arrebató el pasado sábado el campeonato absoluto de los pesos welter (69 kilogramos).

En el combate realizado en San Luis (Missouri), ciudad natal de Spinks, Judah llevó la iniciativa para conquistar las coronas welters del Consejo Mundial (CMB), la Federación Internacional (FIB) y de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Al momento del desenlace, a los 2:49 minutos de la novena vuelta, Judah llevaba ligera ventaja en las tarjetas de los jueces oficiales.

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El púgil de Brooklyn, Nueva York, archivó su victoria 33 frente a dos derrotas, con 24 triunfos por nocaut, mientras Spinks dejó su foja en 34-3.

El combate, presenciado por unos 20.000 aficionados, fue la primera en San Luis en más de 40 años.

Judah comenzó muy fuerte el noveno round y con una combinación a la cabeza propinó la primera caída del episodio a su rival. Segundos después, liquidaba las acciones con otra andanada, que obligó al árbitro Armando García a detener las acciones, ante la pasividad de Spinks.
“Tuve la ayuda de Dios. La otra vez estuve a punto de noquearlo y se me escapó, pero ahora pude acabar lo que empecé”, dijo Judah, quien en dos  ocasiones anteriores reinó en la categoría de las 147 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).

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En abril pasado en Las Vegas (Nevada), Judah casi noquea a Spinks con una fuerte derecha en el último asalto, pero el entonces campeón sobrevivió al  golpe y retuvo sus fajas al llevarse una decisión unánime.

Spinks, hijo del ex monarca mundial de los pesados, Leon Spinks, y sobrino del también ex titular Michael Spinks, conquistó la faja welter de la FIB el 22 de marzo del 2003 al derrotar por decisión al italiano Michele Piccirillo, en  una pelea revancha de otro encuentro realizado un año antes.

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El 13 de diciembre de ese mismo año se había agenciado las coronas del CMB  y la AMB con otra victoria por puntos ante el nicaragüense Ricardo Mayorga.

“Reconozco que me pescó con un buen golpe, pero faltaba poco para que terminara el round y quizá pude haber seguido”, expresó Spinks, de 26 años.

Antes del combate, Spinks había manifestado: “Quiero demostrarle a San Luis qué clase de campeón tiene”.

Por su parte, Judah confesó que usaría el mismo plan de pelea que el de la primera vez, cuando casi se adjudica los tres títulos. “No creo que deba hacer nada diferente a la primera vez. Saldré con el mismo plan, trataré de ser yo mismo”, y así lo cumplió.

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