El presidente George W. Bush presentó este lunes un presupuesto de 2,57 billones de dólares que incluye drásticos recortes en varios programas gubernamentales para hacer frente a un déficit sin precedente en la historia estadounidense.
 
El presupuesto presentado al Congreso contiene reducciones de gastos en programas como subsidios agrícolas, atención médica a los pobres y a los veteranos de guerra, protección del ambiente y mejoramiento de la educación.
 
El plan -el más austero hasta ahora de la presidencia de Bush- eliminaría o reduciría marcadamente 150 programas públicos. Se prevé que provocará polémicos debates en el Congreso, ya que cada legislador buscará proteger los programas que apoya.
 
El presupuesto pronostica que el déficit alcanzará un récord de 427.000 millones de dólares este año, el tercero consecutivo en que se establece una marca en números rojos. Bush calcula que el déficit caerá a 390.000 millones en el 2006 y disminuirá gradualmente a 233.000 millones en el 2009 y 207.000 millones en el 2010.
 
El plan de gastos de Bush en el 2006, para el año presupuestal que comienza el próximo 1 de octubre, cuenta con que la economía estará lo suficientemente saludable como para impulsar los ingresos en 6,1%, a 2,18 billones de dólares, mientras que los gastos crecerían en 3,5%, a 2,57 billones.
 
Sin embargo, fuera de las actividades militares, la seguridad interna y los enormes programas gubernamentales obligatorios, como la seguridad social, Bush propone recortar los gastos en el resto del gobierno en 0,5%, la primera propuesta de recorte de ese tipo desde que el gobierno de Ronald Reagan tuvo que hacer frente a sus propios déficit.
 
De las 23 agencias principales del gobierno, 12 sufrirían recortes presupuestales el año próximo, incluyendo disminuciones del 9,6% en Agricultura y del 5,6% en la Agencia de Protección Ambiental.
 
En su mensaje al Congreso sobre el presupuesto, Bush dijo:   Para poder mantener nuestra expansión económica debemos seguir con las políticas que promueven el crecimiento e implementar una restricción de gastos aún mayor en todo el gobierno federal.
 
Sin embargo, los demócratas argumentaron que Bush está recurriendo a medidas draconianas que lastimarán a los necesitados, con el objeto de proteger sus recortes fiscales de su primer período que beneficiaron primordialmente a los ricos. Bajo la presidencia del demócrata Bill Clinton, las finanzas públicas alcanzaron superávits.
 
Este presupuesto forma parte del plan republicano para recortar beneficios en la seguridad social, mientras entrega generosos recortes fiscales a los multimillonarios, dijo el líder demócrata en el Senado, Harry Reid.   Sus recortes en los programas para la atención de los veteranos de guerra, la salud y la educación reflejan prioridades equivocadas y sus enormes déficit son fiscalmente irresponsables.
 
El presupuesto de Bush no refleja los costos de su principal prioridad a nivel interno: la reforma del sistema de jubilaciones que permita a los trabajadores más jóvenes establecer cuentas privadas de inversión. Tampoco incluye nuevos gastos militares en Iraq y Afganistán.