Por negocios, el 8 de enero viajé a la ciudad fronteriza de Macará, provincia de Loja, y al arribar me acerqué a tres gasolineras tratando de proveer combustible a mi vehículo, sin lograrlo. Los dependientes de esos locales me indicaron que a las gasolineras les llega el combustible, pero va de inmediato a Perú porque allá pagan mejores precios.

Corroboré que los habitantes de ese cantón sufren perennemente por el desabastecimiento de combustibles y sus derivados, lo cual pongo en conocimiento de las autoridades para que tomen correctivos, a fin de que los ciudadanos que viven en la frontera no sufran por ese grave asunto.

Ing. Jorge M. García T.
Guayaquil