A ocho años de la caída del ex presidente de la República Abdalá Bucaram, el 5 de febrero de 1997, el líder roldosista prófugo de la justicia en Panamá sigue presente en la política nacional y hoy su poder se extiende a varios organismos del Estado.

No es casualidad que gran parte de ello se deba a una alianza legislativa, autollamada institucional, afín al régimen, que preside el coronel Lucio Gutiérrez, quien precisamente era su edecán. Ayer, el propio mandatario admitió que debió designar a Zoila Navas, ex secretaria de Bucaram, como embajadora en Panamá y justificó: “No podía enviar a un socialcristiano a que le haga la vida imposible”.

La conexión entre Bucaram y Gutiérrez nunca se perdió. Y el nexo permanente fue Víctor Hugo Sicouret, ex ministro de Vivienda de Bucaram, y ahora miembro del Tribunal Constitucional, según una fuente que prefirió no ser identificada.

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Sicouret fue el portador del plan que se aplicó en el Congreso para armar la nueva mayoría y, con ella, los cambios en los tribunales Electoral y Constitucional, y la reestructuración de la Corte Suprema de Justicia, confirmó esta fuente al revelar que ese fue un plan que se manejaba en diciembre del 2002, días antes de que Gutiérrez asumiera la Presidencia de la República.

No obstante, el acercamiento no funcionó, nunca se armó una mayoría en el Congreso y el Partido Social Cristiano y la Izquierda Democrática controlaron esta instancia, que a su vez dirigía el Tribunal Supremo Electoral y el Tribunal Constitucional. De ahí que el régimen se quedó fuera.

Tuvieron que pasar dos años de gobierno, la ruptura de la alianza con Pachakutik y el enfrentamiento total de Gutiérrez con el líder socialcristiano León Febres-Cordero, que lo amenazaba con el juicio político, para que el plan se cristalice y la alianza con el roldosismo recobre vigencia con la visita que el coronel retirado le hiciera en Panamá el 3 de septiembre del 2004.

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Justo después de la reunión, Bucaram ya anunció: Gutiérrez “está pensando en cambiar la Corte Suprema, el Congreso y el Tribunal Constitucional”.

La alianza entre Bucaram y Gutiérrez ha tenido sus efectos: el PRE logró neutralizar un juicio político en contra del Jefe de Estado. Y, según Bucaram, a cambio de que Gutiérrez apoye en el anhelo del retorno del líder roldosista al Ecuador, que todavía no se concreta.

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Con este propósito, el PRE ha logrado captar el manejo de dos funciones del Estado: el Congreso con Omar Quintana y la Corte Suprema de Justicia con Guillermo Castro Dáger.

Gracias a la “mayoría institucional”, que interpretó por última vez la Constitución para cambiar la CSJ, también posee puestos en la Corte Suprema (tres de 31 magistrados, incluyendo a Castro); ya antes había logrado cargos en el Tribunal Constitucional (uno de nueve vocales) y en el Tribunal Supremo Electoral (uno de siete).

En el Parlamento, con el nuevo cambio de autoridades (cuando se interpretó que la ID ya no era la segunda fuerza política del Parlamento), el PRE, además, maneja dos de las 18 comisiones legislativas y pugna por una tercera con los socialdemócratas. El PRE también negocia presidencias y vocalías en los tribunales electorales provinciales.

También comparte otros espacios de poder en el Gobierno con funcionarios directamente designados por Gutiérrez: los ministros de Agricultura, Leonardo Escobar, y de Vivienda, Bruno Poggi.

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La paradoja es que todo este poder lo ha conseguido con quince diputados, y es que en un Congreso fragmentado, estos votos son importantes para Gutiérrez, así como lo son aquellos de los autollamados independientes o del cefepista Jorge Montero.

Incluso, en las últimas elecciones seccionales, el PRE perdió algunos de sus espacios tradicionales: la alcaldía de Machala y las prefecturas de Manabí y Esmeraldas. Y en Guayaquil, su candidato estrella, Jimmy Jairala, que sacó una buena votación, no viene de la línea dura del roldosismo, es más bien un outsider que sumó aceptación en las áreas marginales.

Bucaram ejercita su poder diariamente. Lo hace, vía telefónica, desde Panamá con sus legisladores. El nexo en el Parlamento es su hijo Jacobo, quien supervigila que los diputados cumplan con las estrategias roldosistas.

Más que antes está presente en los medios de comunicación y con sus cadenas radiales; y hasta influye en el manejo comunicacional del Presidente. El enfrentamiento de los pobres contra la oligarquía, era uno de los ejes de Bucaram, retomado por Gutiérrez.

Falta solo que resuelva sus juicios penales para que regrese. Y su amigo Guillermo Castro insiste en que no se excusará de tramitar estos casos.

Lo que controla

POR DECISIÓN DEL CONGRESO
Presidencia del Parlamento.
Dirige dos de las 18 comisiones legislativas (DD.HH. y Asuntos Manabitas).
Presidencia de la Corte Suprema de Justicia.
Tres de los 31 magistrados de la CSJ.
Un vocal de los siete del Tribunal Supremo Electoral.
Por confirmarse 22 de las 154 vocalías de los tribunales provinciales electorales.
Presidencia del Tribunal Constitucional.
Uno de los nueve vocales del TC.

POR PACTO CON EL EJECUTIVO
Dos ministerios del Gabinete Presidencial (Vivienda y Agricultura).
Varias gobernaciones.

POR ELECCIONES POPULARES
De 219 alcaldías: 21 obtenidas solo por el PRE y 10 en alianzas con otros partidos políticos.
De 22 prefecturas: dos solo el PRE y una en alianzas.
Quince de 100 diputados.