18 rebeldes y cuatro militares murieron ayer en combates en un recrudecimiento del conflicto.

El encuentro de ayer en Caracas entre los  presidentes de Colombia, Álvaro Uribe, y de Venezuela,  Hugo Chávez, para zanjar la  grave crisis diplomática bilateral por la captura de un guerrillero de las FARC, fue suspendido a último momento por una intoxicación alimentaria de Uribe, quien fue hospitalizado en Cartagena.

Los ataques de la guerrilla colombiana en los últimos días, con un saldo de 27 soldados y 18 guerrilleros muertos, obligaron a las autoridades a reconocer errores y a aceptar que se requieren ajustes en la política de seguridad, programa bandera del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, que recibe su más duro golpe.

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La estrategia de Uribe, que aumentó el presupuesto militar y el número de efectivos,  le permitió recuperar el control de zonas selváticas y montañosas que por años dominaron  guerrilla y  paramilitares.

Pero analistas sostienen que las FARC solo están en un repliegue estratégico y no ha perdido su capacidad militar.

Uribe, en un aparente intento por minimizar las críticas, reconoció el miércoles que los dos golpes de los últimos días que sufrieron las fuerzas militares a manos de las FARC se debieron a errores de los comandantes y sus hombres, y ordenó correctivos.

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El martes, unos 200 guerrilleros de las FARC arrasaron el puesto de Infantería de Marina en Iscuandé (a 700 km de  Bogotá), departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador y mataron a quince militares del programa de soldados campesinos, uno de los ejes de la estrategia de Uribe.

Un día después, ocho militares y un civil murieron en una emboscada cerca de Puerto Asís, en Putumayo y ayer, 18 rebeldes y cuatro soldados murieron en combates en el departamento del Meta.

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Robert Prada, padre del oficial encargado de la base de Iscuandé, teniente Andrés Prada, invitó ayer al presidente  Uribe, durante el funeral de su hijo, a que investigue los hechos antes de señalar a su hijo como responsable de los errores que permitieron el ataque guerrillero.

El comandante de las Fuerzas Armadas, general Carlos Ospina,  desestimó una escalada de las FARC y dijo que estas “aprovecharon errores para hacer creer que realmente son tan fuertes como antes”.

Pero el congresista opositor Gustavo Petro  considera que las FARC no están replegadas como asegura el gobierno y que la  estrategia de Seguridad Democrática tiene falencias.

“Se ha creado en Colombia un falso triunfalismo. Nos quieren hacer creer  que las FARC están derrotadas cuando la realidad es que están en  repliegue manteniendo su capacidad de acción armada para  atacar en el futuro”, opinó el analista Alfredo Rangel.

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