Por los medios de prensa del país se lee en forma periódica el desarrollo de seminarios, conferencias sobre diferentes aspectos, pero en muchas ocasiones son repetitivos, se transmiten en folletos y jamás el expositor brinda su experiencia profesional a los asistentes.

Debería existir un delegado del colegio de profesionales en el área que se desarrolla el curso, para garantizar la seriedad y calidad de esos eventos. Es necesario realizar algunas observaciones sobre este comercio que genera miles de dólares y permanece oculto a nuestra sociedad.

¿Qué autoridad avala la importancia de estos eventos? ¿Qué calidad de conocimientos disponen los conferencistas? ¿Quién recauda y fiscaliza esos fondos? ¿Qué beneficios obtienen sus participantes? ¿Los organizadores pagan impuestos al fisco? ¿Por qué los costos son elevados y no justifican la clase y tiempo de los seminarios?

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Estimo que esos cursos tienen el carácter de informativos y no son obligatorios, mientras que las instituciones públicas están en la obligación de brindar seminarios de capacitación a muy bajos costos que no afecte la economía de los asistentes.

Los colegios de profesionales deben tener el apoyo económico de entidades públicas y aprobación de nuevas leyes en el Congreso, para poder desarrollar una actividad para nuestra colectividad.

Dr. Qco. Aurelio Mosquera Cedeño
Guayaquil