La respuesta de Ángel Ernesto Guerrero Parra es contundente al preguntarle si él es un héroe del Cenepa: “No, no soy yo. Todos los ecuatorianos somos los héroes”.

De 50 años y retirado del Ejército desde el 2001 con el grado de sargento segundo, Guerrero desempolva una carpeta en la que tiene un paquete de consignas para los combatientes.

Relata que fue uno de los que más destacamentos recorrieron durante el conflicto con el Perú, por ser parte del grupo de Operaciones Psicológicas de la Brigada 21 Cóndor.

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“La misión es rescatar la moral del soldado. Levantar el ego en la paz y en la guerra y desgastar la moral del enemigo”, menciona con absoluta convicción.

Muestra varias arengas y entre ellas, escrita a mano, tiene una que remata con una frase: “Soldados ecuatorianos, ni un paso atrás”. “Creo que de aquí salió la frase que después la popularizó el presidente Sixto Durán-Ballén, pero esta yo la repartí a fines de diciembre, cuando sabíamos que el conflicto  se daría”, refiere Guerrero, oriundo de Chambo, Chimborazo, pero que se quedó a vivir en Patuca.

Con cámara fotográfica y de video, fusil y granadas, Guerrero no solo grabó sino combatió durante dos meses.