Los resultados de los comicios del domingo se conocerán en aproximadamente diez días.

Luego de las elecciones del domingo, Iraq se prepara para la siguiente etapa: formar una nueva coalición de gobierno, redactar una Constitución y ganar la confianza de la población.

Conseguir esos objetivos será difícil pues la ausencia de los sunitas, el 20% de los 26 millones de iraquíes, dificultará al nuevo liderazgo obtener el respaldo público necesario para acabar con la insurgencia y acelerar el retiro de 150.000 soldados estadounidenses.

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Pero tras proclamar el aparente éxito de las elecciones, EE.UU. aún tiene que diseñar una estrategia de salida que le permita retirar sus tropas de ese país que invadió hace casi dos años.

El retiro a corto plazo de las fuerzas estadounidenses se ve impedido por el atraso en la preparación de las tropas locales para contrarrestar la inseguridad, las tensiones internas y las apremiantes necesidades de reconstrucción.

El propio presidente de los EE.UU., George W. Bush, rehúsa establecer un  cronograma para la salida de sus soldados, afirmando que las tropas locales tienen problemas de liderazgo, deserción y equipamiento y que los iraquíes “todavía tienen  camino por recorrer en la ruta de la democracia”.

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Aunque la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dijo el domingo que se ha entrenado a unos 120.000 iraquíes, una tarea del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales calculó las fuerzas de seguridad iraquíes entre 7.000 y  11.000 hombres preparados, cantidad que resulta insuficiente para garantizar la seguridad del país.

Críticas
Aunque la mayoría de líderes mundiales felicitaron al gobierno provisional iraquí por las elecciones del domingo, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que estas se celebraron en una situación que “difícilmente puede llamarse normal para este tipo de eventos”.

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Varios gobiernos árabes manifestaron ayer su deseo de que los comicios logren traer calma y soberanía a ese país.

Pero las frases de felicitación fueron acompañadas por llamamientos a favor de la retirada de las tropas extranjeras de Iraq y de una reconciliación de comunidades y etnias iraquíes para garantizar el éxito del proceso democrático.