Las autoridades kuwaitíes infligieron este lunes un  duro golpe a los activistas islamistas matando a cuatro, uno de ellos saudita,  y capturando a otros seis en la segunda operación policial en 24 horas. 
 
Amer Jlaif al Enezi, jefe espiritual de los activistas islamistas kuwaitíes  implicados en una serie de enfrentamientos con las fuerzas del orden, fueron  detenidos tras un intenso tiroteo de varias horas en la región de Al Quraín, al  sur de la capital, anunció un portavoz del ministerio del Interior, Adel al  Hacha. 
 
Fueron detenidos otros cinco militantes, según un comunicado ministerial. 
 
En el tiroteo también murió un civil kuwaití, herido por disparos de los  "terroristas", declaró el ministerio, según el cual tres policías resultaron  heridos. 
 
Por el momento, se ignora si esta operación y la captura de Enezi  desmembraron al grupo islamista como intentaban desde hace semanas las  autoridades kuwaitíes pero no hay duda de que es el revés más duro que han  sufrido. 
 
Se trata de la segunda operación policial contra esos activistas en dos  días y de la cuarta desde el 10 de enero. 
 
El propio hermano de Amer Jlaif al Enezi, Naser, murió en un enfrentamiento  con la policía en Salmiya, al este de la capital. 
 
El islamista saudita muerto el lunes es el segundo que matan este mes las  fuerzas de seguridad kuwaitíes. El primero perdió la vida en otra operación el  15 de enero. 
 
El tiroteo estalló al alba después de que la policía cercara una casa de Al  Quraín, a unos 25 km al sur de la capital, y se prolongó nueve horas. 
 
A principios de enero, las autoridades kuwaitíes anunciaron haber  desmantelado una célula del ejército que proyectaba atacar a las fuerzas  estadounidenses o sus aliados, sospechosa de estar relacionada con Al Qaida. 
 
En Kuwait, hay 25.000 militares y 12.000 civiles estadounidenses. 
 
Kuwait puso entonces a sus fuerzas de seguridad en alerta máxima y tomó  medidas especiales para proteger las instalaciones vitales, sobre todo  petroleras. 
 
Un primer enfrentamiento en Hawally, al sur de Kuwait, se saldó el 10 de  enero con la muerte de dos policías y un sospechoso kuwaití. 
 
Cinco días después, un sospechoso saudita murió en otro enfrentamiento  cerca de la frontera saudita, siendo el primer saudita implicado en ese tipo de  sucesos en Kuwait.